Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Once futuros médicos van a completar durante los próximos cuatro años su formación en Miranda. Ocho mujeres y tres hombres se acaban de incorporar al Santiago Apóstol, en el que junto a los centros de salud de la ciudad, realizarán su capacitación práctica como facultativos ... de Atención Primaria. Especialidad elegida tras superar el examen MIR y que les ha traído hasta la ciudad, después de que el pasado ejercicio el hospital comarcal recuperara su acreditación docente.
Un reconocimiento considerado esencial por responsables de la instalación sanitaria que ven en esa fórmula una vía para captar profesionales con los que cubrir vacantes tanto en los ambulatorios como en Urgencias, las dos áreas a la que se pueden incorporar una vez completen sus cuatro años de residencia en Medicina de Familia. De hecho, así fue como llegó al Santiago Apóstol su actual director médico, Juan Ignacio Mateos.
Pero su caso no es una excepción, «un buen número de médicos de Atención Primaria y del hospital llegaron como residentes», recordaba el director de Urgencias, Joaquín Fernández Valderrama, tutor en el hospital de los MIR. De los recién llegados y de los otros 10 que se incorporaron el año pasado (varios de ellos andaluces). 21 en total, que han llegado, en su mayoría, porque es lo que quedaba a la hora de elegir plaza. «Hay mucha gente que no sabía ni que existía el hospital, pero luego se dan cuenta de que éste es un lugar ideal, junto con los centros de salud», explicó.
El motivo: son los únicos residentes, no hay de otras especialidades y «todo el mundo está volcado con ellos, en integrarles. Aquí hacen muchas más cosas que en un hospital grande. En esos hay muchas especialidades MIR y los médicos de familia se quedan en la última fila».
De hecho, el plan de trabajo de los recién llegados para los próximos cuatro años incluye una visión general de todo aquello que se atiende en el Santiago Apóstol. El primer curso lo repartirán entre los centros de salud y Medicina Interna, pero el segundo y el tercero harán rotaciones por todas las especialidades médicas del hospital, lo que permite tener una visión muy amplia de la medicina. No es hasta el cuarto y último año cuando su dedicación se concentra en los ambulatorios.
Una fórmula que, además de ser beneficiosa para los propios residentes, también lo es para aquellos lugares que después cuenten con ellos en plantilla. De hecho Fernández Valderrama recordaba que en la anterior etapa en la que Miranda impartió docencia (ahora aún no ha concluido ninguna promoción) «me llamaban de muchos hospitales cercanos para pedir residentes que acababan porque el Santiago Apóstol había adquirido prestigio de cómo salían formados los médicos de familia, sobre todo para Urgencias».
Y lo mismo cree que pasaría si se pudiera formar a facultativos de otras especialidades, acreditándose como unidad docente asociada. Algo que van a seguir reivindicando tanto a la Junta como al Ministerio. Fernández Valderrama está convencido de que sería positivo para los propios médicos y para los centros, a la hora de completar sus plantillas. En ese sentido entiende que se debería introducir dentro del itinerario formativo el hecho de que cada MIR pasara varios meses en un hospital comarcal.
De igual modo, cree que se debería mejorar el reconocimiento de la docencia que realizan los profesionales con los estudiantes. Entiende que no lo está y supone un añadido para médicos ya de por sí con una presión asistencial alta.
residentes están vinculados ahora a la ciudad. Diez que llegaron el año pasado y los 11 que acaban de presentarse.
Este año Burgos recibe a 42 profesionales en formación. Además de los 11 de Miranda, otros 9 van a estar en Aranda y los 22 restantes en el HUBU y centros de salud de la capital.
La primera vez que el Santiago Apóstol tuvo MIR en formación fue en 1996. Entonces, en esa promoción recibieron 8 estudiantes, todos ellos del País Vasco. Un año después se incorporaron 7 y en 1998, otros 6 más. En aquella época el periodo de residencia para Medicina de Familia era de tres años. Los que están ahora van a tener que completar un curso más, cuatro.
La vacante dejada hace un año por Juan Ignacio Mateos, actual director médico del hospital, sigue sin cubrirse y a esa se suma otra más por traslado. Dos puestos que, hasta el momento, en Urgencias, área a la que están vinculados 13 facultativos, han tratado de cubrir sin éxito. «Seguimos buscando», reconoció Joaquín Fernández Valderrama.
Pero el suyo no es el único servicio que tiene falta de personal. Además de las dos plazas de Dermatología sin ocupar, algo que va camino de convertirse en crónico, el Santiago Apóstol continúa pendiente desde el pasado ejercicio de poder incorporar a dos facultativos de Medicina Interna. Uno falta en Urología, pero a medio plazo serán dos porque se acerca el momento de la jubilación de otro y de no cubrirse quedaría sólo uno. Necesario es también incorporar médicos a Radiología, donde ahora personal del HUBU se encarga de cubrir guardias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.