El Santiago Apóstol ha registrado un brote por Covid-19 dentro de sus instalaciones, en el que se han visto afectadas 11 personas, 3 de ellas trabajadoras del centro, según Sanidad. Si bien, fuentes sindicales elevaban ayer ese número a un total de 17, de ... las que 12 eran pacientes y 5, profesionales. Más allá del baile de cifras, es el primero que vive en sus instalaciones el hospital mirandés desde el inicio de la pandemia y fue comunicado ayer por los Servicios Epidemiológicos de la Junta de Castilla y León en Burgos; si bien, se trata de una situación que se arrastra de la pasada semana, tal y como reconocieron fuentes del propio centro sanitario, y que avalarían las cifras de la propia estadística de Sanidad.
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El brote partió de la segunda planta de hospitalización, del ala conocida como Quirúrgica 2. Aunque no se conoce el origen del mismo. Según relataron, las primeras alarmas saltaron cuando una persona que se encontraba ingresada en ese bloque por otra dolencia dio positivo y, automáticamente, fue trasladada al área de Medicina Interna. Es la que en estos momentos el centro tiene reservada para pacientes con coronavirus.
A raíz de ese caso, se detectaron dos más, uno de otra enferma y otro de una trabajadora. Situación que desembocó en que por parte del centro se decidiera testar a todos los pacientes que se encontraban en ese ala del hospital y también al personal que vinculado a la Quirúrgica 2. Y las pruebas arrojaron varios positivos, con el consiguiente traslado de afectados a la planta de Medicina Interna.
Repunte de 'ingresos' que la estadística de Sanidad registró el pasado sábado, 28 de noviembre, cuando el área que gestiona el Covid-19 sumó 7 enfermos más de golpe en una única jornada. No se había dado algo así desde casi 20 días antes.
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Pero la pasada semana se vivió con parte de enfermos trasladados desde el propio centro, desde la planta superior. Aunque no todos los positivos salieron entonces. Este mismo martes se bajó a otra persona contagiada.
Tras este incidente, según se le ha trasladado a la plantilla, desde el centro se está valorando la realización de pruebas voluntarias a los trabajadores del centro una vez al mes. Medida que, a priori, englobaría a Urgencias, Rayos y la planta de Medicina Interna.
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También la Dirección General de Salud Pública, a través del Servicio Territorial de Sanidad en Burgos, según comunicó ayer la Junta, había iniciado la vigilancia y el control epidemiológico del brote, a través del seguimiento de casos y de las correspondientes encuestas de contactos e investigación de las relaciones sociales de estas personas, tanto en sus entornos familiares como sociales y laborales.
El Santiago Apóstol continuaba ayer con 16 pacientes en planta por Covid-19. La cifra se mantenía estable, aunque se había anotado un nuevo ingreso. Pero también un alta.
Algunos menos tenía el Santos Reyes de Aranda, donde se contabilizaban 5 enfermos por SARS-CoV-2. En Burgos, en el HUBU había 177, al anotarse 16 nuevos en la última jornada, en la que hubo 18 altas y también se produjo un fallecimiento. En la UCI contaban con 35 personas.
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En lo que se refiere a la incidencia acumulada de casos diagnosticados en 14 días, en Miranda la Junta fijaba ayer la cifra en 278,70. El martes era de 253, lo que implicaba un leve repunte; aunque sin perder de vista que ese indicador el lunes era de 281,5. La cifra se situaba en 126,68 para 7 días. El número de casos en la última semana era de 45. En Aranda, la incidencia a 14 días estaba ayer en 508,2; y en Burgos, en 1.097,7. Casi multiplicaba por cuatro a la ciudad.
Los datos están claros, pero no así si la Junta ha decidido ya si permitirá a Miranda desescalar al margen de la capital a partir de mañana. Habrá que esperar a la habitual comparencia de los jueves del vicepresidente, Francisco Igea, y de la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Situación en la que no esperaban verse los sectores afectados que habían pedido conocer las medidas con tiempo suficiente para preparar su actividad.
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Tampoco ayer el Ayuntamiento había recibido respuesta a la misiva enviada de manera conjunta por las alcaldesas de Miranda y Aranda, Aitana Hernando y Raquel González, la pasada semana al consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, reclamando que se tuviera en cuenta el municipio como unidad geográfica para la desescalada.
Pero la regidora mirandesa sí había hablado telefónicamente con esa Consejería y con la de Sanidad. Desde ellas se le había trasladado «que se iba a estudiar la situación y la petición. Eso es todo lo que sé. Lamentablemente, no se me ha dado una respuesta oficial, a pesar de que la estamos pidiendo». Y lo seguirán haciendo porque «ahora mismo no estamos de acuerdo con cómo se están aplicando las medidas en Miranda y en cómo estamos recibiendo un trato injusto con respecto a Burgos».
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