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María Ángeles Crespo
Lunes, 13 de junio 2022, 00:35
Las horas previas al momento en el que se había citado a los motoristas para celebrar por vez primera en Miranda el Día Nacional de la Moto estuvieron cargadas de incertidumbre. A la lógica por el hecho de no saber cómo iba a ser la ... respuesta a una iniciativa nueva -hecha por la Agrupación Motociclista La Resistencia-, se sumaba la meteorológica. La tormenta de la noche del sábado y la que se produjo a primeras horas de ayer hizo que algunos de los que iban a venir desde más lejos se echaran atrás y eso hizo surgir la zozobra en los promotores.
Los nervios aparecieron sí, pero no tardaron en quedarse en el olvido puesto que a medida que pasaban los minutos iban llegando motoristas hasta el punto de encuentro en las inmediaciones del Centro Cívico Raimundo Porres. Acabaron congregándose más de 300 motos y el responsable de la agrupación mirandesa organizadora, José Luis Cívico, no podía menos que mostrarse «muy satisfecho, estábamos temerosos porque no sabíamos cómo iban a salir las cosas, pero estamos muy contentos». Él no lo dijo pero podía, sin duda, hablarse de éxito rotundo.
La cita se planteaba como una amalgama de fiesta, homenaje y reivindicación y el rugido de las máquinas de todas las marcas y cilindradas contribuyó a que la ciudad percibiera que la jornada era un día especial para los amantes de las motos. Lo notaron los mirandeses, y no sólo los que sabedores del encuentro se acercaron hasta el Raimundo Porres o al lugar en el que a media mañana iba a inaugurarse el monumento a los motoristas fallecidos 'caídos pero no olvidados', reza en él, sino otros muchos ciudadanos puesto que entre las once y las once y media los motoristas hicieron un recorrido por un buen número de calles de la ciudad.
Se podía hablar de éxito por la respuesta y también cabe emplear estos mismos términos para hacer referencia a la organización; todo se fue desarrollando dentro de lo previsto y en su tiempo, sin especiales demoras.
Desde ayer cuenta la ciudad con ese monumento de homenaje a los motoristas, hecho por Manuel Núñez y que se encuentra en la que a partir de ahora se llamará Plaza de Ángel Nieto. Una escultura que entra en la ruta de las que a lo largo del país se han hecho para recordar a los motoristas y que «hace por lo tanto que Miranda se pueda incluir también en ese recorrido». Una vez descubierto se realizó la ofrenda floral para recordar a todos cuantos han dejado su vida en el asfalto. En ese momento de recuerdo se cuidó hasta el más mínimo detalle y motoristas elevando sus cascos hicieron pasillo a quienes llevaban flores para depositarlas a los pies del monumento.
El día era festivo, sin duda, pero se planteó, ante todo, con cariz reivindicativo y para dar una mayor profusión nada mejor que contar, como se contó, con la presencia de Juan Carlos Toribio, presidente en España de la Unión Internacional para la Defensa de los Motociclistas.
Desde hace años lo que están pidiendo es que se tenga en cuenta el factor de la carretera cuando se investigan los accidentes de tráfico. «Queremos que se mejore el modelo de investigación de siniestros pero, además, que se evalúen las carreteras y se mantengan en las mejores condiciones posibles de seguridad». Una petición que, apuntaba, no es gratuita, sino que toma como base la ley. «El artículo nueve de la Constitución nos habla de la obligación de la administración pública de cumplir con la ley, y tenemos un repertorio jurídico importante que nos dice que hay que mantener las vías en las mejores condiciones de seguridad y, no hacerlo, es un delito. Exigimos que se mantengan las carreteras en las mejores condiciones para la seguridad de los motoristas y el resto de usuarios».
Renovar señales viejas, señalizar bien los peligros, quitar la gravilla de la carretera, que se coloque protección en los guardarrailes... son algunas de las peticiones que volvieron a hacerse ayer y que para Toribio nos es más que «conseguir que las administraciones hagan su trabajo». Y recordó que hasta ayer había fallecido en este año 12 motoristas; ellos fueron los homenajeados.
Si nervios tenían los organizadores del evento, tantos o más eran los que se apoderaron del autor de la escultura que homenajea a los motoristas. Manuel Núñez confía en que «el trabajo, que he hecho por encargo, algo a lo que no estoy muy acostumbrado, y que ha hecho que sintiera más presión, guste a los mirandeses».
Es, teniendo en cuenta la trayectoria del artista, lógicamente un trabajo realizado en hierro y está «satisfecho con el resultado, a mí me ha gustado; es algo diferente, muy de mi estilo, y confío en que sea del agrado de la mayoría».
No quiso olvidarse el escultor de la colaboración de Jenifer Dulanto. «Necesitábamos apoyo técnico y ha sido fundamental el que ella, como aparejadora, nos ha dado para hacer todos los cálculos de la estructura». El trabajo en común se ve en la plaza Ángel Nieto.
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