Piden al alcalde de Tobalina que niegue los permisos para las macroplantas solares

Ante esta situación, las plataformas ciudadanas que se oponen a estos proyectos por el daño que supondrán para el valle, se concentrarán el día 12 de agosto en Quintana Martín Galíndez, en una convocatoria que esperan que sea multitudinaria vista la buena respuesta que han tenido las anteriores.

Paralelamente, el colectivo está impulsando todas las acciones legales posibles para frenar el proyecto, con la ayuda de diferentes organizaciones ecologistas. En las reuniones con el nuevo alcalde del valle, el regidor ha manifestado su rechazo a las macroplantas pero «pedimos que lo haga efectivo y no se quede en palabras». Y es que la plataforma asegura que le ha solicitado que la administración ponga al servicio del valle un asesoramiento jurídico especializado en temas medioambientales, pero la propuesta ha sido denegada.

Por este motivo, exigen que se rechacen todos los permisos de obra hasta que al menos «se aclare la situación y legalidad de estos proyectos» ante los que ya se ha presentado recurso de alzada, «como se ha hecho en otros ayuntamientos», sin que de momento haya habido respuesta institucional.

«Queremos decirles a las empresas responsables de las macroplantas que no cesaremos en nuestra lucha y que cuando lleguen, estaremos en los campos complicando su labor. Si hace falta nos ataremos a los árboles, pero el valle, con el apoyo del ayuntamiento o sin ese apoyo, está dispuesto a luchar», apuntan desde la plataforma.

Las macroplantas impulsadas por la empresa Garoña Alfacuarta contemplan la instalación de 154.450 placas solares en 126 hectáreas del Valle de Tobalina, lo que genera dudas sobre si se ajustan al Plan General de Ordenación Urbana del territorio. Los vecinos que se oponen a su ejecución, afirman estar a favor de las energías renovables «pero no a cualquier precio» y apuestan por «una transición ecológica que garantice un desarrollo rural sostenible y justo para nuestros pueblos, protegiendo la diversidad, el paisaje y el patrimonio cultural».

En este caso, no entienden que el lugar elegido para la instalación sea el parque natural de Montes Obarenes, donde habitan muchas especies protegidas y que es motor del turismo rural del entorno, cuando este tipo de proyectos podrían ubicarse en polígonos industriales o zonas ya degradadas.