Pepe Rey seguirá al frente de la asociación de hosteleros para evitar su desaparición

El plazo para concurrir a las elecciones se cerró sin nombres, y la asamblea extraordinaria convocada ayer tampoco sirvió para que nadie se animara a dar el paso. De hecho, contó con una asistencia muy baja. Ante la posibilidad de que la asociación desapareciera, empujado por el resto de los presentes y por las muchas llamadas que ha recibido en los últimos días, Pepe Rey ha decidido continuar.

«No se puede tirar a la basura todo el trabajo que hemos hecho en los últimos diez años», asegura el propietario de La Corrala, que no esconde su decepción porque ningún compañero haya querido tomar el relevo. «Sigo pensando que hubiera sido bueno que llegarán personas con ideas nuevas, pero cuesta mucho que la gente se implique en algo a lo que tienes que dedicar muchas horas y que no siempre es agradecido. Estaba decidido a cumplir mi palabra y dejarlo, pero es importante que la hostelería mirandesa tenga representación». Así se lo habían pedido también desde las asociaciones provinciales y desde la FAE. Aún así, cada año pondrá su cargo a disposición de la asamblea por si surge un candidato dispuesto a sucederle.

Una vez confirmada su continuidad, Rey se tomará un tiempo de reflexión para decidir el rumbo que quiere darle al colectivo y saber si toda su directiva le acompañará en la aventura. Seguramente reducirá el número de eventos porque algunos han tenido buena acogida entre los clientes, como las rutas gastronómicas, pero con el paso de los años han ido perdiendo peso y las últimas ediciones han contado con poca participación de bares. «Igual en vez de diez iniciativas hay que hacer solo dos pero que sean un éxito», asegura.

Uno de los mayores logros de Rey ha sido conseguir cierta unidad en la hostelería. Aunque no siempre es fácil representar los intereses de tantos negocios, desde la asociación de hosteleros se ha conseguido hacer fuerza en cuestiones que afectan a todos y sobre todo, se ha dotado de contenido a una asociación que al principio únicamente servía para articular subvenciones.

En el horizonte cercano aparecen otros desafíos a los que habrá que dar respuesta, como la mesa sobre el ruido y las reuniones con la Cofradía de San Juan. «Es fundamental que la hostelería tenga voz y por eso he decidido seguir», asegura el presidente, que confía en que en no mucho tiempo, surja alguien con ganas de tirar del carro y al que ceder el testigo.