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María Ángeles Crespo
Sábado, 29 de marzo 2025, 23:30
'Gusanos y cenizas' escrito por Víctor Eusebio Saiz Castaño, 'La nota bajo la puerta' de la autora mirandesa Aitana Celada Mardones y 'Conscientes', de ... Paloma Lafuente han sido, en ese orden los tres relatos que han merecido los premios otorgados por el jurado. Unas historias breves que tienen en común que están protagonizadas por mujeres. Una circunstancia que no paso desapercibida entre quienes acudieron a la entrega de los galardones de esta novena edición de un certamen que su promotora, Olivia Lahoya, espera «se vaya consolidando, que empiece a sonar en el mundillo literario y sirva para que Miranda suene».
Está claro que esos objetivos están consiguiéndose. Puede afirmarse si se tiene en cuenta que en esta ocasión para el concurso de Relato Corto se han recibido «más de cuarenta, que nos han llegado de infinidad de puntos de España, y también de Europa, América y Asia». En este último continente es donde reside –lo hace en Camboya– la madrileña distinguida con el tercer premio, Paloma Lafuente, que no pudo acudir a la entrega de premios.
Quienes sí estuvieron y leyeron sus relatos fueron el burgalés Víctor Eusebio Saiz y la mirandesa Aitana Celada Mardones que por su condición de escritora local también recibió la mención especial que se destinaba al mejor relato de autoría local.
Para Víctor Eusebio Saiz que con 'Gusanos y cenizas' ha querido retratar «a la que podríamos denominar una especie de cenicienta de la actualidad que trata de vengarse de toda la responsabilidad que le han ido atribuyendo, y lo hace en el momento de la muerte de las personas que la convirtieron en eso», este premio es un acicate para seguir en el mundo de la literatura. «Me apunté a un curso de escritura creativa y ahí surgió la idea de participar en el concurso».
Apunta que aún está aprendiendo y se siente «muy cómodo con los relatos cortos, así que de momento seguiré escribiéndolos. Lo de novelas ya veremos». Ahora quiere disfrutar del triunfo conseguido. «Es un gran orgullo».
Aunque algo nerviosa también se sentía satisfecha con el segundo premio la mirandesa Aitana Celada que presentó un relato, 'La nota bajo la puerta', con final abierto porque «a mí me gusta que con la lectura vivamos. Es una manera de hacer que el lector viva el relato como suyo. Creo que el hecho de que cada uno interprete su final es vivir».
Lleva las letras en la sangre, «Mi abuela era la poetisa María Victoria Carasa, así que en casa he mamado la literatura y me apasiona. Me había presentado para probarme, sin ánimo de ganar nada, pero conseguir este segundo premio me ha animado para seguir escribiendo». Ella es fisioterapeuta y se agarra a la escritura porque es «mi rinconcito».
La próxima será le décima edición del certamen y habrá que ver si por ese motivo se prepara algo especial para el año que viene.
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