Miranda ultima la composición de la mesa del ruido, que planea reunirse cada dos meses

Además, a petición de la propia asociación contra el ruido, se sumarán representantes del resto de partidos políticos del Consistorio, PP y Vox, por lo que la parte municipal aportará 13 miembros a la mesa de trabajo.  

Con ellos se sentarán tres integrantes de la plataforma contra el ruido, dos de sus componentes y uno de los letrados con los que cuentan. Pero antes de verse las caras en esa primera reunión de la mesa, además de que el Consistorio fije una fecha, están pendientes de que se les aclaren algunas preguntas previas respecto de los puntos de partida de ese foro de trabajo, cuestiones sobre las que preguntaron a principios de diciembre del pasado año.

Una de ellos y esencial, para el colectivo ciudadano es «establecer cuál es el objetivo de la mesa para el Ayuntamiento. Para nosotros no es otro que debatir sobre la problemática de la contaminación acústica en la ciudad y proponer soluciones a los problemas detectados», apuntó Miguel Ángel del Pino, presidente de la asociación.

De manera paralela, también instaron a la administración local a que todo lo que se hable en ese foro se recoja en actas y a que cualquier acuerdo que se adopte se eleve a pleno para que llegue a toda la ciudadanía mirandesa. «Hay muchísima gente afectada que tiene que poder conocer los avances», detalló

Avances en hasta diez temas diferentes que entienden que se tienen que tratar en ese foro y para los que el colectivo ya cuenta con alternativas para cada una de ellos. «Son propuestas de trabajo a desarrollar. Queremos que queden establecidas y se vayan trabajando. Es posible que haya cuestiones que se puedan solventar en una semana o un mes y otras que sean a más largo plazo. Lo importante es que haya avances».

También tiene claro la Asociación de Hosteleros Altamira (AHA) quién les va a representar, al menos en las primeras reuniones, si es que se llegan a producir, porque es algo que dudan. Acudirán, cuando se les cite, el presidente saliente, Pepe Rey, y dos personas más de la junta directiva de la entidad que, además, se han visto afectadas por denuncias vinculadas a esa materia. Tres en total.

«Nosotros iremos a escuchar a ver qué proponen, porque tenemos que estar; aunque si cumplimos lo que marca la ley, hay poco que discutir, no se puede obligar a hacer nada», apuntó Rey; que no le ve ningún futuro al trabajo de una mesa que, para empezar, «llevamos desde noviembre pendientes de que la asociación contra el ruido marque una fecha para la primera reunión».

Aunque tampoco es algo que le sorprenda, ya que no percibe una actitud «positiva» en un colectivo al que considera que «sólo le molesta el ruido que hay debajo de la casa de sus representantes, no el del resto de la ciudad».

Conjunto del municipio que, desde el Ayuntamiento se quiere que tenga voz propia, por lo que ha invitado a participar en el grupo de trabajo a representantes de todas las asociaciones de vecinos. Aquellas que decidan contar con un portavoz en la mesa se sumarán a la veintena de miembros ya establecidos y que, a priori, se juntarán una vez cada dos meses. Periodicidad propuesta por la asociación del ruido, que considera que «así son más eficaces las reuniones» y a la que ha dado su visto bueno el Consistorio que, inicialmente, había planteado encuentros quincenales.

La mesa de trabajo es, hoy por hoy, una propuesta ante la que el colectivo de afectados se muestra «expectante», dado que recuerdan que es la primera vez en 14 años que por parte del Ayuntamiento se han dirigido a ellos para buscar una solución a la contaminación acústica; aunque para ello hayan tenido que llegar primero a tener tres asuntos en el juzgado de lo Contencioso Administrativo y la atención del Procurador del Común.