Miranda repartirá 100.000 euros en ayudas directas y 50.000 más en bonos al consumo

Del montate total, tal y como ya se había avanzado en reuniones previas, 50.000 irán a tickets para descuentos en compras en el comercio minorista de la ciudad. El resto de colectivos quedan fuera en esta ocasión, incluida la hostelería. No es la única modificación. Como ya se apuntó hace casi un mes, en esta ocasión los establecimientos participantes no tendrán que realizar aportación económica alguna para los bonos.

La campaña estará subvencionada al 100%, tras el cambio realizado por el Ayuntamiento a la ordenanza de subvenciones para permitir llegar a ese porcentaje y no tener que quedarse en el 80%. Lo que el Ayuntamiento no va a hacer es contribuir a pagar los gastos de gestión de la campaña (impresión de tickets, carteles, campaña de promoción...). Eso correrá a cargo de los promotores de la iniciativa por lo que, en principio, deberás asumirlo los propios participantes o Acecaa.

Además, la asociación tiene hasta final de este mes para presentar toda la documentación vinculada a la justificación de la primera campaña, que concluyó el 31 de mayo. Tener cerrada esa primera iniciativa es un requisito imprescindible a nivel administrativo para poder iniciar la siguiente. Si bien, en este caso, tampoco es algo que corra demasiada prisa, porque el sector quiere activarla en otoño, tras la vuelta de las vacaciones de verano y antes de la campaña de Navidad.

El resto del dinero, 100.000 euros, irá a ayudas directas. Habrá dos líneas distintas. Una está dirigida a establecimientos que han tenido que permanecer cerrados por las limitaciones del Covid o que han visto limitada su actividad durante meses. Concretamente el acuerdo cita a gimnasios, ocio nocturno y agencias de viaje. Cada uno de los solicitantes de estos sectores podrá contar con una ayuda individual de 2.000 euros.

La otra pone el foco en restauración, hostelería, hoteles y otros alojamientos. Cada uno de los negocios de estos ámbitos optarán a una subvención de 800 euros. Eso sí, para obtenerla, deberán comprometerse a mantener durante 6 meses el empleo que tengan en el momento de tramitar la ayuda. «Hemos optado por simplificar al máximo el sistema de solicitudes y de concesión», explicó el concejal de Promoción Económica, Miguel Ángel Adrián.

Si bien, aún está pendiente de decidir cómo se va a hacer el reparto de dinero en caso que el montante de las solicitudes supere el total de la partida. Dos son las opciones que están sobre la mesa: por orden de presentación o la redistribución del importe entre todos los que cumplan los requisitos. Es uno de los flecos que hay que resolver antes de que se firme el documento final.

De momento ayer el edil se comprometió a redactar un nuevo documento que pondrá en común con sindicatos y organizaciones empresariales antes de darlo por bueno.

En él se incluirá, porque así se acordó ayer, el mantenimiento de las actuales terrazas de bares a lo largo de todo 2022; pero vinculándolas al pago de la tasa correspondiente por veladores. Así lo planteó FAE y el resto de asistentes estuvieron de acuerdo, salvo en la idea que unificar el diseño de los distintos veladores.

Y es que se entendió que si se trata de instalaciones provisionales con las que se busca dar un tiempo mayor al sector para que se pueda recuperar económicamente de un año muy duro, no tiene sentido hacer gastar dinero en unas infraestructuras que desaparecerán en 2023, cuando se volverá a aplicar lo marcado en la ordenanza municipal. «Hemos optado porque no tengan que hacer una nueva inversión y así también se mantiene el carácter extraordinario», valoró Adrián; que confía en que las ayudas directas se puedan empezar a tramitar a principios de agosto. Como muy tarde al comenzar septiembre.

Sea como sea, el presidente de FAE Miranda, Eduardo Araguzo, cree que deberían haber llegado mucho antes. «Queríamos que, como muy tarde, hubiesen estado en marzo, en plenas limitaciones por la pandemia». También les hubiese gustado que la partida fuera mayor y por eso confían en que, tal y como han solicitado, otra parte de la reservada para fiestas de septiembre se destine a organizar actividades en diferentes momentos de los últimos meses del año para que se genere actividad, «la gente se quede en la ciudad y puedan venir otros de fuera», zanjó.

Pero este es un debate que el equipo de Gobierno optó por sacar de la negociación del acuerdo para debatirlo antes con el resto de los grupos municipales.