Miranda cierra las cuentas del último ejercicio con un superávit de 2,5 millones

La diferencia entre ambos ejercicios es de 1,86 millones. La cifra del último balance casi multiplica por tres la que reflejaba la liquidación de un curso antes. El resultado es prácticamente un calco del de hace dos periodos, ya que el cierre económico del ejercicio arrojó en 2022 un superávit de 2,5 millones; si bien 2021 concluyó con un importe similar al de hace dos años, con 679.648. Hay una alternancia anual en importes.

Pero la liquidación de 2024 refleja, por otro lado, un menor grado de ejecución de presupuesto de gasto. Se sitúa en el 69,96%, frente al 75,10% de 2020. De hecho, el informe de Intervención señala que el porcentaje registrado en el último periodo es el más bajo de los últimos cinco años.

Tomando como referencia ese periodo también el grado de materialización de los gastos corrientes ha sido el menor de la serie y es, en buen medida, según se destaca en el informe de Intervención, porque ha bajado el porcentaje de ejecución del Capítulo I del presupuesto, el que va vinculado al pago del personal municipal, debido principalmente «a las vacantes producidas a consecuencia de las jubilaciones y las excedencias».

El abono en ese apartado se elevó a 17 millones, que se corresponde con el 85,2% frente al 88,8% de un ejercicio antes o el 90,9% de 2022. En total, el grado de ejecución del gasto corriente ha sido de 34,9 millones, que se corresponde con un porcentaje de ejecución del 87,2%.

Si se pone el foco en el Capítulo VI del presupuesto, que es el que recoge el dinero destinado en inversiones, se ha ejecutado el 30,5% del total. Porcentaje que, aunque bajo, es el más alto de los últimos cinco años. En 2023, por ejemplo, fue del 20,9%. Hay casi diez puntos de diferencia.

En lo que se refiere a los ingresos, el grado de ejecución ha sido superior al de los gastos, alrededor de dos puntos y medio. Se cerró el ejercicio llegando al 72,49% de cumplimiento de las previsiones. Situación que implica que el importe de lo que se ha recibido ha sido superior a lo que se ha pagado. Los derechos reconocidos netos ascienden a 42,64 millones y las obligaciones a 41,14. La estimación de ingresos supera, por tanto, en 1,5 millones a la del desembolso.

Si bien, como se señala en el informe de Intervención, no todos los derechos se logran ejecutar y, por tanto cobrar. Al acabar el ejercicio se habían ingresado 39,39 millones, el 92,37% de lo estimado. Algo por debajo está el porcentaje de abono de obligaciones reconocidas, se ha quedado en el 89,79%, al efectuar el pago de 36,9 millones.

Al concluir 2024 el Ayuntamiento tenía aún pendiente de cobrar 3.253.611 euros de los derechos reconocidos, cifra que supone un 8,2% del total, «el importe más bajo de la serie que se compara desde 2020».

El análisis del ejercicio también destaca que las obligaciones pendientes de pago por parte de la administración local ascienden a 4,2 millones, un 10,21% del total. Porcentaje que marca un incremento de casi medio punto respecto al año pasado y sobre el que llama la atención el Interventor, que apunta que «es imprescindible que los proveedores de servicios y suministros nunca pierdan la confianza en la capacidad económica del Ayuntamiento, porque no se atienden los pagos en los plazos legalmente establecidos».

El análisis anual de ejecución del presupuesto también pone el foco en los saldos de dudoso cobro que tiene pendientes el Ayuntamiento. La cifra asciende a 15.473.245 euros. Importe que supera en 1,2 millones el del pasado balance.