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Cristina Ortiz
Martes, 15 de octubre 2024, 00:03
La Fábrica de Tornillos volverá a ser un club de jazz una vez al mes. Aunque con menos aforo, mantendrá el ambiente y la estética ... que desde hace casi dos décadas viene acompañando la programación de Mirajazz que, tras diez meses de parón, vuelve este viernes a una sala que va a contar con 40 mesas, frente a las 60 de temporadas pasadas, para las que ya se han encargado 'velas' eléctricas a pilas que crearán una iluminación tenue y cálida en una estancia de cuyas paredes volverán a colgar fotos de conciertos anteriores, aunque con otro sistema de anclaje que evite clavar sobre la pared.
Lo que no habrá, al menos de momento, es una alfombra roja que reciba a los espectadores y tampoco cortinones con el anagrama de la asociación a modo de separación de la sala propiamente dicha del 'hall' de entrada. Sí que está lista la nueva barra de bar, aunque algo más corta, que han fabricado con materiales ignífugos y perfilería de aluminio que también va a tener algo de espacio para almacenamiento.
Mismo material que se ha empleado en construir un cajón en el que meter todos los instrumentos, pero principalmente el piano, para evitar tener que moverlo cada vez que haya un concierto, algo que el colectivo ya había dejado claro que era inviable. Como lo era dejar los instrumentos fuera del recinto en un módulo anexo de metal, por el contraste de temperatura. En los últimos diez meses han tenido que hacer frente al pago del alquiler de un espacio adecuado, sin humedad, para poderlos almacenar hasta decidir qué hacían y en qué condiciones. Ahora, han vuelto a una caja ignífuga que volverá a guardarse bajo el escenario.
Son varios los cambios y modificaciones a los que Mirajazz ha tenido que hacer frente para adaptarse a las nuevas condiciones de uso de la Fábrica de Tornillos y que calculan que, en total, les van a suponer un desembolso de 5.000 euros, incluyendo el pago del plan de seguridad específico para su actividad.
Dinero al que hay que sumar otros 342 euros de fianza por cada día en que se use la sala y que ellos han firmado para dejarla de manera permanente hasta final de temporada, de cara a evitar trámites administrativos cada vez que programen una actuación; y otros 50 por cada 'bolo' que se abonarán en concepto de tasa de ocupación de suelo público. Condición que, según les han explicado, ya figuraba en la normativa de uso de la sala pero que, hasta ahora no se había venido aplicando.
Van a tener más gastos y menos ingresos. Para empezar porque han decidido mantener, de momento los precios de las entradas y el aforo máximo se ha reducido en 80 personas; y también porque la temporada pasada llevaron a cabo sólo tres actuaciones, menos de las incluidas inicialmente en el convenio que tienen firmado con el Ayuntamiento, por lo que el importe asignado se verá reducido. A esto se suma que ya tenían firmados contratos con varios músicos a los que han reubicado en los primeros conciertos de esta nueva etapa manteniendo el caché pactado hace un año.
Pero es que, apuntaba uno de los miembros de la Junta directiva de Mirajazz, Fernando Royo, «tras diez meses de parón queríamos empezar fuerte, para dejar buen gusto y animar la asistencia.En el futuro ya veremos si con ese número de entradas vamos a poder mantener el nivel de las actuaciones. Nos vamos a dar esta temporada; después, ya veremos».
De momento, tienen cerrada la programación hasta final de año. Las actuaciones de enero a mayo, así como las que se incluyan en el festival de junio están pendientes de firmar; pero sí calculan ya que el presupuesto anual se les irá a entre 50.000 y 60.000 euros. «Seguramente en 2025 tendremos que bajar el pistón y eliminar todos los gastos posibles para que las cosas cuadren», concluyó.
Aunque Mirajazz es una asociación sin ánimo de lucro, su actividad y su programación se asemeja a la de cualquier club. Si bien, las cifras de asistencia que manejan les convierten en el «club que más público tiene por sesión en todo el país. Lo normal en el resto es estar entre 80 y 100. Aunque también hay otros con bolos extraordinarios de 40 personas», explicó Fernando Royo; al tiempo que dejaba claro que a la asociación mirandesa, con esos números de asistencia y el precio actual de las entradas, no les saldrían los números.
En Miranda se paga bien, rápido y se ofrece la posibilidad de tocar ante un público numeroso, lo que hace que sean muchas las propuestas que les llegan de grupos dispuestos a actuar en la Fábrica de Tornillos.
De momento, este viernes, para abrir la temporada, tras diez meses de parón, han rescatado una de las propuestas que tenían reservada para el festival del pasado mes de junio, se trata de Lucía Rey, una artista polifacética, pianista y compositora titulada del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, que completó su formación en Cuba y Nueva York.
Sobre el escenario presentará 'Nómadas', su último trabajo, con canciones inspiradas en el tránsito de las personas, las idas y venidas de los seres, ya sea por búsqueda o por necesidad. La música comenzará a sonar a las 21.00 horas, aunque las puertas se abrirán tres cuartos de hora antes. Y, de seguir el actual ritmo de entradas por Internet, puede que la temporada comience colgando el cartel de 'No hay entradas'.
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