28 menores de 16 años están en el foco de la Comisión de Absentismo Escolar

En lo que va de curso, la comisión de absentismo, de la que forman parte un agente municipal, Servicios Sociales y Educación, ha trabajado con 28 menores de la ciudad, con los que ha realizado 33 intervenciones para tratar de reconducir la situación e intentar que los menores asistan a clase de manera continuada, tanto si lo hacen porque ellos no quieren, que es el caso de los más mayores, de los que están en la ESO, como si son los padres los que no se preocupan de llevarles o de que asistan, un problema más vinculado a Primaria.

«Son situaciones que, en términos generales, van ligadas a una cuestión educacional familiar», señaló el concejal de Servicios Sociales, Pablo Gómez; que sí valora de manera muy positiva la buena coordinación de todos los ámbitos implicados en tratar de minimizar el impacto de un problema que puede conducir a una falta de formación de la que algunos se darán cuenta años después, como tratan de hacerles ver a los menores.

Entre ellos a la veintena de absentistas a los que Policía Local se ha ocupado de localizar después de que los centros en los que están matriculados alertaran sobre las ausencias injustificadas. Se han entregado personalmente 17 cartas en las que se advierte a las familias sobre la necesidad de cumplir con la escolarización obligatoria de los menores y las consecuencias que no hacerlo puede conllevar, como el hecho de que el caso acabe siendo analizado por la Fiscalía.

Pero antes de llegar a ese punto, desde la comisión de absentismo reconocen que se intenta mediar tanto con los chicos y las chicas que no quieren acudir como con sus padres, que suelen jugar distintos papeles. Y es que les hay que desconocen que sus hijos estaban faltando a clase hasta que se contacta con ellos desde ese grupo de trabajo multidisciplinar, pero también que son perfectamente conscientes de lo que está pasando aunque reconocen que no pueden hacer nada para obligar a su hijo a ir a clase.

Situaciones que en este curso ha llevado, por ejemplo, al Agente Tutor de la Policía Local y a la Profesora Técnica de Servicio Comunitario del instituto en el que estudiaba un chaval con ausencias reiteradas a acudir a su domicilio para entrevistarse con él y su familia para tratar de 'negociar' la incorporación a clase.

Algo más difícil de gestionar suele resultar cuando los niños y niños que faltan al colegio lo hacen en Primaria, ya que en esos casos el absentismo suele estar motivado por la actitud de los padres que, por los motivos que sea o porque consideran que tienen otras prioridades y problemas más graves, no dan importancia a la escuela.

Pero la comisión de absentismo no sólo se dedica a garantizar la asistencia a las aulas, también trata de prevenir problemas de convivencia en esa franja de edad. De hecho, una de las intervenciones de los últimos meses se centró en vigilar y proteger a un menor en su camino de casa al colegio, después de sufrir un día una agresión por parte de un grupo. Fue el centro educativo el que alertó de la situación que dio lugar al día siguiente a un acompañamiento 'discreto' que permitió constatar que había sido un incidente puntual ya que en las siguientes jornadas no se produjo ningún incidente.

«El Agente Tutor es una figura útil, bien valorada y que se activa siempre que se considera necesario. Es un recurso más para tratar de prevenir el absentismo; aunque si se necesita una intervención más integral, en la que se analicen las relaciones familiares o la situación económica, es Servicios Sociales quien interviene», incidió Gómez.

4reuniones han mantenido los integrantes de la comisión de absentismo este año en la ciudad.

6menores localizados en la calle han sido 'entregados' en los centros escolares.

17cartas ha entregado el Agente Tutor.