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silvia de diego
Domingo, 28 de marzo 2021, 00:37
«Teníamos que reinventarnos y ofrecer nuevas posibilidades al cliente», afirma Arturo Susaeta mientras explica la adquisición de una nueva máquina de control numérico, una ... fresadora que permite aunar la tradición y la artesanía de la madera en piezas únicas con dibujos y letras y expandir también su cartera de clientes puesto que también se dedican ahora a la elaboración de carteles o cabeceras. La inversión en la máquina supera los 20.000 euros a los que hay que añadir el montante económico destinado a acondicionar toda una nueva zona dentro de la fábrica de unos 70 metros cuadrados aproximadamente. «Es una máquina que tiene futuro. Hemos aprovechado a comprarla ahora a pesar de la incertidumbre que nos rodea a todos», puntualiza a la vez que transmite un mensaje en positivo «es necesario seguir peleando en un mercado en expansión que lo tiene todo bueno. Es ecológico, sostenible, duradero...».
Respecto a cómo ha sido el trabajo durante este año de pandemia Susaeta reconoce que los primeros meses fueron muy flojos aunque a partir de septiembre el trabajo aumentó de forma exponencial. «Con el tema del confinamiento muchísima gente se ha puesto a arreglar la casa del pueblo. Va haber problemas con la madera incluso se está acabando y no dan abasto las serrerías a fabricar con toda la demanda existente actualmente. La gente se ha puesto a arreglar casas en todo el mundo en Alemania, en Francia, en Inglaterra etc, está siendo un auténtico boom».
Maderas Susaeta también muestra su apoyo a los hosteleros en estos tiempos de pandemia y su madera está presente en muchos de los trabajos que los ciudadanos pueden ver en algunos de estos establecimientos. «Nosotros no montamos pero sí suministramos nuestro material a los hosteleros. Hay que valorar el esfuerzo que están haciendo porque están muy escasos de recursos». Madera Susaeta reconoce que la venta de madera se produce sobre todo en los pueblos de alrededor. «Somos conocidos en más de 60 kilómetros a la redonda en localidades de Álava, La Rioja y Burgos mayoritariamente. El tema pandemia nos ha trastocado por el tema de las fronteras. Los clientes llaman porque no saben si pueden venir a comprar madera, es una situación complicada que vamos solucionando poco a poco. Hay mucho más movimiento en cuanto a trabajo en los pueblos de la provincia de Álava que en Burgos».
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