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Raúl Canales
Miranda de Ebro
Miércoles, 19 de marzo 2025, 00:03
Han pasado ocho meses desde que una granizada provocó desprendimientos en el techo del Museo de los Faroles obligando a cerrar la instalación al público ... y sacar temporalmente algunas piezas. El incidente destapó un problema más grave, ya que la estructura del edificio se está deteriorando y requiere una obra a corto plazo, trabajos que no será fácil acometer porque se trata de una comunidad de vecinos con pocos recursos económicos y el Ayuntamiento no contempla de momento asumir todo el gasto. Además, algunos de los inmuebles están ocupados, lo que agrava la falta de mantenimiento.
La paciencia de la cofradía de Altamira se está agotando porque llevan desde el pasado verano en compás de espera sin que se atisbe una solución que permita reabrir el museo a las visitas. El local ya no tiene goteras pero no es posible retomar la actividad porque hay una zona apuntalada y faroles cubiertos con bolsas de plástico para evitar que sufran daños. Así, la ciudad tiene cerrado su único museo.
La cofradía ha solicitado a la alcaldesa una reunión para pedir a la administración local que mueva ficha ante la proximidad de las fechas en las que el museo recibe más visitas.
Mientras aguarda una respuesta, al menos han recibido una noticia positiva ya que por fin dispondrán de más espacio para poder ampliar la colección. La solución llega de la mano de la Junta, que cederá a la cofradía de Altamira dos lonjas en la plaza del Mercado.
Son los locales en los que funcionaba el banco de alimentos de Cruz Roja, y a falta de los trámites definitivos, el objetivo del gobierno regional es poner cuanto antes al servicio de los cofrades de Altamira unas instalaciones que les ayudarán a crecer. En los últimos años, los trabajos de restauración se han tenido que frenar porque en el museo es imposible exponer más piezas, ya que las que hay están excesivamente amontonadas.
Contar con nueva sede no implicará abandonar la actual. En principio el museo no se trasladará, sino que contará con doble ubicación ya que la cofradía siempre ha defendido que el lugar idóneo es Plaza España, porque ofrece un escaparate incomparable y por estar muy próximo a la iglesia Santa María, lo que facilita el trabajo de los porteadores en las procesiones.
Pero contar con otro local que también se pueda abrir al público ayudará a descongestionar el museo, trasladando algunas piezas que ahora están apiladas y no lucen. Además también se podrá habilitar una zona como taller para continuar con la labor de restaurar más luminarias y ampliar la colección.
En su momento, ante la falta de espacio, desde la cofradía plantearon al Ayuntamiento la posibilidad de adquirir un local anexo en calle La Fuente cuyo coste rondaba los 40.000 euros, pero la operación no llegó a concretarse. Tampoco otras ubicaciones en edificios públicos que se han barajado como opciones alternativas han llegado a cristalizar, pero si finalmente la Junta confirma la cesión de las dos lonjas, el museo dará un paso de gigante.
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