Sede central de Cáritas. a. g.

Más de 40 jóvenes en búsqueda de empleo y formación

13 personas tratan de conseguir ahora títulos que abran las puertas a un ciclo de FP a través del programa Itera

Lunes, 16 de mayo 2022, 00:01

La formación es la llave la mundo laboral, así como el dominio del idioma, del español, en este caso. Un mantra que repiten una y otra vez en el programa Itera de Cáritas y que parece que va calando entre los jóvenes. Principalmente entre los ... recién llegados, inmigrantes en su mayoría a la espera de regularizar su situación (algo que requiere tres años de plazo); pero también entre mirandeses que en su momento optaron por dejar de estudiar y ahora han decidido dar el paso para volver.

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Si bien, su peso es mucho menor dentro del grupo con el que se trabaja en Itera. Son 10 de 41. Es decir, 31 son inmigrantes y entre los hay dos europeos. Aspectos todos ellos a tener en cuenta porque para los naturales de Miranda todas las opciones están abiertas, lo que se trabaja con ellos es, fundamentalmente, la motivación, el apoyo, el acompañamiento para que vuelvan a un sistema educativo reglado que les genera rechazo... Se opta principalmente por intentar que obtengan certificados de profesionalidad o realicen los cursos de capacitación que ofrece el Ecyl.

Con los inmigrantes todo es más complicado. Al menos administrativamente y también por el idioma, en el caso de los que proceden de África y Europa del Este, no así de los Latinoamericanos. Y es que hasta que no obtienen los papeles no pueden matricularse en ciclos superiores o en cursos del Ecyl porque para eso hay que estar apuntado en el paro y eso requiere papeles.

Sus opciones se limitan a la ESO y a estudiar paras las pruebas de acceso a un Grado Medio, única formación profesional en la que pueden apuntarse antes de tener el NIE.

Y en eso es en lo que estos momentos están 12 jóvenes, inmersos en las asignaturas de Secundaria para Adultos o preparando el examen para poder entrar en FP el próximo año y tratar de avanzar por esa vía mientras llegan los papeles. «Esa formación multiplica sus opciones de encontrar un trabajo. No tiene sentido quedarse tres años en blanco», explicó Francisco Delgado, responsable del proyecto.

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Tampoco cuando tienen formación y títulos académicos logrados en sus países de origen, como ocurre con los venezolanos, ya que no los tienen homologados y no van a poder hacerlo hasta después de obtener el NIE.

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