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Toni Caballero
Domingo, 2 de julio 2023, 22:46
El Centro Tecnológico de Miranda es uno de los socios participantes en THERMOFIRE, un ambicioso proyecto europeo que tiene como objetivo el desarrollo de innovadores ... composites termoplásticos biobasados y reciclables con buena retardancia a la llama usando fibras naturales como refuerzos y aditivos retardantes a la llama no halogenados. El plan cuenta con un presupuesto de 4,5 millones de euros para los próximos 4 años, financiados por los fondos Horizon de la Unión Europea, de los cuáles hasta 400.000 euros servirán para sufragar la actividad de la instalación mirandesa.
«El proyecto dio comienzo el 1 de junio y tiene una duración de 48 meses, hasta el 31 d mayo de 2027. Está coordinado por Avanzare Innovación Tecnológica, y el consorcio está formado por 12 socios de 4 países de la Unión Europea, uno de ellos nosotros», explican desde el CTME.
En este contexto, el centro mirandés se encargará de investigar en la formulación o desarrollo de nuevos materiales biobasados (de origen bio) formados por un polímero bio, unas fibras bio (para mejorar propiedades mecánicas) y un aditivo bio para mejorar sus propiedades al fuego. «Se harán muchas pruebas, se analizarán los resultados y los materiales más prometedores se utilizarán para desarrollar un prototipo aeronáutico, otro para automación y otro textil», avanza Yolanda Núñez, responsable de I+D del centro tecnológico.
Y es que, para las industrias textil, del automóvil y de la aeronáutica, las principales cualidades de los materiales composites termoplásticos son la estabilidad a temperatura ambiente, la realización de piezas complejas, los tiempos de fabricación que se han acortado muy sensiblemente y sobre todo, la reciclabilidad.
«El aumento de la conciencia medioambiental en la sociedad ha remarcado la necesidad de reemplazar materiales proveniente de fuentes fósiles por aquellos provenientes de fuentes naturales para diferentes aplicaciones, entre la que se encuentra la retardancia a la llama», argumentan los socios del consorcio a través de una nota de prensa.
Es importante destacar que esta propiedad es crítica en aplicaciones destinadas a sectores como la automoción, la aeronáutica o el textil. «La producción de estos materiales compuestos se escalará para aplicaciones dirigidas a tres sectores: automoción, aeronáutica y textil. A través del desarrollo de estos materiales avanzados, el proyecto THERMOFIRE contribuirá a la independencia de la Unión Europea de las fuentes fósiles», concluyen.
De esta manera, se trata del segundo proyecto de grandes dimensiones que cuenta con el CTME en lo que vamos de año. El primero (SOLEMAD), que dotó de un presupuesto de 667.000 euros al centro de nuestra ciudad, gira sobre desarrollar nuevos compuestos, productos y soluciones constructivas a partir de materias primas procedentes de recursos endógenos biológicos y materiales reciclados de Castilla y León, todo para crear tableros industriales más sostenibles dentro del ámbito de la construcción.
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