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Silvia de Diego
Lunes, 7 de junio 2021, 03:30
Los enfermos renales en Miranda han aumentado en el último trienio. Si en 2018 , 19 personas acudían a diálisis en el Hospital Comarcal Santiago Apóstol en la actualidad son 24 los pacientes que acuden a este servicio para eliminar artificialmente las sustancias nocivas o tóxicas ... en la sangre según los datos facilitados por la Asociación para la Lucha Contra Enfermedades del Riñón ALCER. A este número, hay que añadir que otras cuatro personas lo hacen en su casa, lo que se conoce como hemodiálisis domiciliaria. «Los enfermos en diálisis en Burgos capital son 125 y en Aranda de Duero 36. En toda la provincia el número de enfermos renales gira entorno a los 600. En cuanto a datos nacionales, el número de transplantes renales en 2019 fue de 335 y en 2018 un total de 293. Estos van aumentando como un 250%, por ejemplo, en el Clínico de Barcelona, pioneros con el sistema de laparoscopia ya han hecho 1.000», matiza Pilar Rodríguez Gutiérrez delegada del colectivo en la ciudad.
Uno de los aspectos más importantes para los enfermos renales es el trasplante de riñón. Para ello, es necesario que haya donantes un gesto que sitúa a España como líder a nivel mundial. «El número de trasplantados en la provincia alcanza ya los 260 y hay que seguir trabajando para aumentar la cifra».
En cuanto a la media de edad de las personas que tienen que someterse a la diálisis es elevada de unos 66 años aproximadamente. Debido a la edad se añaden otros problemas a la enfermedad como la diabetes o la probabilidad de infarto.
El servicio de hemodiálisis en el Hospital Comarcal fue realidad en el año 1999 y en el año 2013 se produjeron mejoras sustanciales. Fue en febrero de ese año cuando se inauguró el edificio de consultas externas (actual puerta de entrada al hospital) que incorporó 7.365 metros cuadrados (hasta alcanzar los 19.950) tras una inversión de 8,9 millones de euros, que también incluyó la ampliación del aparcamiento y la mejora de la unidad de hemodiálisis.
Pilar, enfermera de profesión, estuvo en el Hospital Santiago Apóstol durante 32 años y anima a que las personas se hagan donantes. «Yo estaba bien hasta que un hermano mío tuvo una infección de orina se le complicó y a través de una ecografía vieron que tenía quistes en los riñones. La enfermedad se llama poliquistosis renal que es hereditaria y en nuestro caso lo heredamos de mi madre porque era la portadora. De los seis hermanos que somos lo teníamos tres», explica mientras agradece enormemente la solidaridad de su marido. «Él es mi donante. Fuimos a Burgos, les consultamos , comprobamos que teníamos el mismo grupo sanguíneo y comenzamos a estudiar el posible trasplante. El sitio de referencia estaba en Barcelona y allí nos fuimos. Nos hicieron muchísimas pruebas de todo tipo sobre todo a él. Además tuvimos que ir al Juzgado con el Jefe del Servicio de Urología y el director del hospital para firmar los respectivos consentimientos. A mi marido le he costado un riñón», bromea Pilar con una sonrisa inmensa mientras anima a la ciudadanía a ser donantes. «La gente no es consciente de que son dadores de vida. Hay muchas personas que están enfermas de riñón y no lo saben porque no duele. En Burgos hay 550 enfermemos renales que todavía no están en diálisis. Al principio no se nota nada. Hay insuficiencias renales agudas que sí se curan y las crónicas».
En cuanto a donaciones de órganos en general Pilar Rodríguez explica que en las extracciones de órganos que se llevan a cabo en Burgos se miran primero para los pacientes de la provincia. «Nuestro sitio de referencia es Salamanca. Si el riñón no es compatible con los enfermos , el órgano se ofrece a nivel regional, nacional o internacional. Ahora se hacen muchos más donantes de vivo y han aumentado los donantes cruzados. En la donación cruzada de órganos, los donantes vivos y sus receptores no son compatibles para el trasplante. Sin embargo, el donante de cada par es compatible con el receptor del otro par. Si los dos, donantes y receptores, están dispuestos, los médicos pueden considerar una donación cruzada».
La sede del ALCER se encuentra en la capital burgalesa y Miranda será protagonista el próximo mes de septiembre en una jornada informativa que se llevará a cabo probablemente en la calle La Estación. «Desde la asociación las campañas se están llevando a cabo ahora en zonas rurales en puntos como Medina de Pomar o Villarcayo».
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