Urgente Cargas de la Ertzaintza para desalojar la explanada de San Mamés
Los perros entrenan unas 8 horas a la semana para estar listos en caso de ser necesaria su intervención. G.C.B.Y.R

Dejarse guiar por el olfato

Grupo Canino Búsqueda y Rescate ·

Ocho personas y sus siete perros, ponen en marcha una asociación enfocada a la búsqueda de desaparecidos

Martes, 14 de julio 2020, 00:11

Cuentan con años de experiencia; pero ha sido ahora cuando han dado el paso de constituir oficialmente como colectivo autónomo al que recurrir para la ... búsqueda de personas desaparecidas. Durante siete años se enmarcaron en el seno de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil pero desde hace uno han venido trabajando en su constitución como una unidad independiente.

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Tras meses de papeleo ya están constituidos y registrados en la Junta de Castilla y León como Grupo Canino Búsqueda y Rescate (G.C.B.Y.R), una asociación sin ánimo de lucro, y están pendientes sólo de darse de alta en el listado de Protección Ciudadana del Servicio de Emergencias 112 para que contacten con el colectivo en caso de una desaparición. «Nuestro objetivo es ayudar».

Mientras seguirán entrenando prácticamente a diario y mejorando su formación compartiendo experiencias con grupos de similares características. De hecho, días atrás acudieron a Burgos a un encuentro con el GREM -el Grupo de Rescate en Montaña- y el pasado fin de semana ejercieron de anfitriones de integrantes del Grupo del Perro de Salvamento de Haro y de la U.V.I.P. K9 de Alfaro. Se reunieron una veintena de personas para trabajar por la mañana con los perros en el monte de Sagrados Corazones y por la tarde en el entorno de La Calera.

De ellas, 8 son de Miranda. Son las que integran el grupo: un instructor, un sanitario, cinco guías y la presidenta del colectivo, Marisol Santos. A estos hay que hay que sumar 7 perros, ya que sin los animales nada tendría sentido. Todos ellos pastores alemanes salvo una golden retriever, Brenda; una de las veteranas, junto a Rufus. Ambos ejemplares homologados desde hace tiempo para la búsqueda por venteo.

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El olfato les lleva a localizar a la persona oculta. G.C.B.Y.R

Son animales adiestrados en localizar personas inmóviles, que no responden, a las que detectan por el olor. Aunque con Mia, uno de los canes que junto a Odín tiene cierta experiencia, también trabajan el rastreo a partir de darle a olfatear una prenda del desaparecido al que se esté buscando. Si bien, Santos reconoce que no siempre es fácil hacerlo con esta técnica ya que el objeto personal que se le dé al perro no puede haber sido tocado por nadie más después.

El grupo lo completan tres cachorros (Neska, Toya y Tadeo) con los que estaban en pleno proceso de formación y adiestramiento después de que el trabajo iniciado meses atrás se quedara parado por la pandemia. Han tenido que retomarlo donde lo dejaron justo cuando acababan de estrenar campo de entrenamiento.

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Una finca de 600 metros cuadrados en El Crucero, que han alquilado y que han habilitado con distintos aparatos, como una rampa, una pasarela, tubos, escalera, palés... para que los animales puedan practicar. Eso es imprescindible en todo momento, aunque se trate de un ejemplar veterano. Todos entrenar entre 6 y 8 horas semanales, aunque pueden ser más teniendo en cuenta cómo sean las salidas de fin de semana. «Cómo mínimo entrenamos tres días», apuntó.

Lo que creen que ahora va a marcar la diferencia, más que la experiencia de los perros, es la de los guías. «Cuando empezamos en esto hace ocho años todo era ensayo y error; pero al abordar ahora el aprendizaje de los cachorros hay un bagaje detrás», reconoció la presidenta del colectivo.

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El pasado fin de semana compartieron jornada de entrenamiento con grupos de Alfaro y Haro en Miranda

Tras el estado de alarma ahora toca recuperar el tiempo perdido con el objetivo de seguir sumando horas de entrenamiento para ir acercándose a las hasta las cerca de 2.000 que algunos expertos consideran que son necesarias para completar el proceso de formación de los perros. La constancia es esencial.

Hay que tener en cuenta que son cuatro las destrezas que se trabajan con cada uno de ellos. Para empezar, la obediencia, algo esencial, de nada sirve que un animal tenga unas cualidades excelentes si no obedece a su guía en todo momento. Una vez conseguido esto, toca que se ejercite en los aparatos instalados en el campo de entrenamiento. Que esté acostumbrado a subir escalera o introducirse en algún hueso es lo que va a hacer que no dude en una situación real de búsqueda a la hora de realizar su trabajo.

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De ahí se pasaría a entrenar la respuesta en grandes áreas y en escombros, ya que entre las 'catástrofes' que está marcado que puede darse en su entorno de actuación están derrumbes y localizaciones en montes. También en la nieve, por lo que es un área que tratarán de trabajar el próximo invierno. «No se trata de entrenar sólo en un espacio controlado, aislados. También hay que hacerlo en zonas con más gente y actividad, en entornos reales, para ver cómo podrían reaccionan los perros en casos de búsquedas». Aunque desde que empezaron a constituirse hace un año han tenido ocasión de intervenir en tres búsquedas en las que se les llamó porque ya les conocían de su trabajo anterior y acudieron de manera voluntaria. «Nuestro objetivo es estar dispuestos para ayudar a quien podamos», zanjó.

El grupo compartió jornada con otros colectivos de Alfaro y Haro. G.C.B.Y.R

En su contexto

  • 8 personas han constituido el Grupo Canino Búsqueda y Rescate Miranda. Cuentan con perfiles en Facebook e Instagram.

  • Primer intercambio. El colectivo hizo de anfitrión el fin de semana de dos grupos de La Rioja, con los que estuvo trabajando en el monte de Sagrados Corazones y en La Calera.

  • 7 perros tiene en estos momentos el colectivo, de los que cuatro de ellos son cachorros que están en pleno proceso de aprendizaje.

  • Mucha dedicación. El adiestramiento de un perro no es una ciencia exacta, cada animal tiene una forma de ser, pero completar el proceso puede requerir unas 2.000 horas.

  • 600 metros cuadrados tiene la finca que han alquilado por un año en El Crucero; un espacio del que disponen desde marzo y que han habilitado como campo de entrenamiento, incorporando elementos como una rampa, una pasarela, tubos...

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