El verano lo pasan al aire libre, en plena naturaleza, entre sendas y arbolado, pero no lo hacen por placer. San Juan del Monte es en periodo estival, del 1 de julio al 30 de septiembre, el lugar de trabajo de Romeo 7.2, la ... cuadrilla de prevención y extinción de incendios forestales integrada por siete personas, 6 peones y un capataz, que llevan algo más de un mes trabajando sobre el terreno para realizar distintas actuaciones.
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Tareas encaminadas a disminuir el riesgo de incendios y que se centran, principalmente, en el repaso de cortafuegos, la creación de fajas auxiliares, la mejora del acceso a los caminos que se van cerrando por la proliferación de la vegetación o la realización de podas selectivas en el encinar. Se trata de minimizar la posibilidad de que las llamas se extiendan sin control en caso de que se produzca algún fuego.
A ello dedican las tardes, que es cuando se desarrolla una jornada de trabajo que, en estos momentos, se extiende desde las 13.30 a las 21.30 horas. Un periodo que, en buena medida pasan ataviados con un pesado equipo de protección al que hay que sumar alrededor de 15 kilos de peso de las máquinas desbrozadoras; sin olvidar las elevadas temperaturas que tienen que soportar algunos días mientras se meten en medio de árboles y arbustos para descargar la zona de material combustible.
«Las condiciones de trabajo son muy duras», reconocía uno de los encargados de la empresa Eurofor, subcontratada por la Junta de Castilla y León para atender la comarca de Miranda, un área que en su caso engloba desde Condado de Treviño hasta Prádanos de Bureba.
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En total 230 hectáreas, de la que casi 60 forman parte del monte municipal de Miranda, que es en el que la cuadrilla pasa la campaña estival de prevención de incendios por estar situado en el centro de su área de trabajo, lo que facilita su movilización y el desplazamiento a cualquier punto de su espacio de actuación en el caso de que sean requeridos para intervenir en un incendio.
Esa es otra parte de su trabajo en verano: llegar lo antes posible para sofocar un fuego. De momento, les han movilizado en seis ocasiones este verano, fundamentalmente para apagar incendios accidentales que afectaban a campos de cultivo en los que las llamas tuvieron su origen en las chispas provocadas por máquinas de trabajo agrícola. Y es que la prohibición de hacer fuego durante todo el verano y la clausura de las barbacoas de áreas de recreo como las de San Juan del Monte evita muchos riesgos.
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Para moverse por toda la extensa zona que le corresponde atender a Romeo 7.2, la cuadrilla dispone de dos vehículos. En ellos, además de desplazarse sus integrantes, cargan, en uno, los equipos de protección además de herramientas de trabajo como desbrozadoras o motosierras; y, en el otro, un depósito de agua de 500 litros y una bomba de alta presión para una actuación rápida en caso de incendios.
«A todas las horas pasamos un parte de dónde nos encontramos y qué estamos haciendo; y, cuando hay un incendio, se nos avisa, nos cambiamos de equipo y salimos. Ahí nos ponemos a las órdenes del jefe de extinción que suele ser una agente medioambiental», detalló el coordinador de Eurofor.
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Y es que, además, de la cuadrilla de prevención, en la comarca tienen su base de trabajo durante todo el periodo estival, según detallaron desde el servicio Territorial de Medio Ambiente, 8 agentes que están de guardia a turnos para que haya 2 todos los días, así como otros dos operarios con base en Treviño, Ayuntamiento con el que tiene conveniado un vehículo la Junta.
Pero si lo que se necesita es un recurso aéreo que inspeccione la evolución de las llamas desde el aire y vierta agua sobre ellas hay que contactar con Medina de Pomar, donde está la cuadrilla helitransportada Elif Bravo 1, integrada por seis personas.
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Las emergencias son imposibles de predecir, máximo cuando entran en juego variables meteorológicas, por lo que se trata de estar siempre listo para atenderlas. Pero también es cierto que las previsiones permiten identificar las olas de calor y los momentos de máximo riesgo.
Algo que se tiene en cuenta a la hora de planificar la actividad de una cuadrilla como la Romeo 7.2 que en jornadas de peligro alto suele estar parada, y con el equipo puesto, las horas que se determinen. Incluso la jornada completa, aunque eso es más excepcional. No suele darse en más de 3 o 4 días en todo el verano. Y esos, los pasan en la base del Monumento al Pastor.
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Se trata de algo excepcional porque la mayoría del verano se ubican en el monte de Miranda. Una gran superficie que se beneficia de «unas las actuaciones que se hacen puntuales, se hacen poco a poco. Estamos hablando de 7 personas 3 meses. Se requieren más, pero no es un sector en el que se invierta mucho».
De todos modos, el coordinador de Eurofor sí valora positivamente que el contrato licitado este año por la Junta para tres ejercicios se extienda durante nueve meses anuales, de marzo a noviembre, que no sólo se limite al periodo estival. El resto del tiempo lo repartirán entre diferentes zonas de las 230 hectáreas que incluye su zona de intervención, para hacer desde reparaciones de infraestructuras forestales como cerramientos ganaderos a desbroce de zonas de pastizal.
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La empresa se adjudicó el contrato licitado por la Junta para trabajar en ese área natural durante 38 meses, por 701.000 euros (IVA incluido).
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