Goyo Escribano, desempeña el papel de Agente Tutor. a. Gómez

Los centros escolares «lo intentan todo» para conseguir que asistan a clase

Goyo Escribano, ejerce desde hace tres cursos de Agente Tutor dentro de la Policía Local, una tarea que considera gratificante

c. Ortiz

Domingo, 10 de abril 2022, 04:24

Hace más de seis años que el programa de Agente Tutor se puso en marcha en la ciudad para que los escolares que tuvieran algún problema o duda pudieran contar con una figura cercana y de confianza a la que acudir, funciones que desde hace ... tres cursos desempeña en la Policía Local Goyo Escribano, que lo ve como una parte muy gratificante de su trabajo, porque se trata de ayudar a los más jóvenes, a las generaciones futuras, a ir 'por el buen camino'.

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Y es que es una figura que se activa para atender situaciones vividas en el ámbito escolar o que también puede actuar de oficio, como lo ha hecho en las últimas semanas tras localizar y llevar de nuevo a su centro escolar a chicos y chicas que estaban haciendo 'pira'. «Tienen que saber que aunque hayan salido por la puerta del centro eso no significa que hayan librado, que hay gente que está pendiente de ellos», apuntó Escribano; aunque reconoce que es algo que no se puede hacer siempre porque no hay efectivos para vigilar todos los recreos y no todos los menores tienen la obligación legal de ir a clase.

Si ya tienen 16 años, aunque estén matriculados y deban ir al aula, ya no hay una intervención de Fiscalía, algo que sí se da con personas por debajo de esa edad porque «se estarían vulnerando sus derechos» si no asiste. Por tanto, superado un número de faltas se requiere a los padres para que acudan. «Los centros suelen mandar una primera carta a final de diciembre, una segunda si no hay modificación de conductas y ya el tercer paso es comunicar la situación a Fiscalía para que actúe», detalló.

A tiempo

«Si del grupo de 5 que cogimos hace unas semanas 2 dejan de faltar, algo hemos conseguido»

Al final, son los padres los que deben tratar de atajar esas situaciones porque son los responsables. «Los institutos, aunque resuelven muchas situaciones, si un menor se marcha de las instalaciones poco puede hacer más allá de dar aviso a los padres y trata hablar con ellos para reconducir la situación cuando lleva ya un número de faltas».

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Se plantean distintas opciones para tratar de engancharles y que sigan formándose hasta los 16, «lo intentan todo» y lo hacen contando con el apoyo del Agente Tutor que también en varias ocasiones se ha entrevistado con los absentistas para hacerles cambiar de opinión ya sea intentando que vean la importancia de la formación o advirtiendo los problemas que a sus padres puede causar su actitud si acaba interviniendo Fiscalía. En otros casos, el simple hecho de que alguien sea pillado en sus primeras piras y se informe a sus padres ya es suficiente para «evitar un hábito en el que se iba a iniciar. Si del grupo de cinco que 'cogimos' hace unas semanas dos dejan de faltar, algo hemos conseguido».

También reconoce que hay situaciones en las que lo que inicialmente se trata como absentismo no lo es y la ausencia en el aula de una persona matriculada, sobre todo en Primaria, se debe a que la familia se ha marchado de la ciudad y no lo ha comunicado ni se ha solicitado el traslado de expediente.

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Pandemia

«Hay chavales que se acostumbraron a no tener que ir por los tres meses sin clase por el Covid»

Pero tampoco lo hacen si vuelven y entonces sí tienen que llevar a sus hijos al colegio. «Hay familias con determinados problemas para los que no es una prioridad que el niño o la niña vayan a clase, pero tienen que darse cuenta de que es importante que vayan. Cada intervención es distinta», reconoció el Agente Tutor.

Lo que no cambia es que los centros tienen siempre una persona de contacto directo en la Policía Local para atender cualquier situación que consideren complicada. Y volver a la normalidad tras la pandemia lo ha sido. «Los datos de absentismo el curso pasado se duplicaron» respecto a los anteriores con clases presenciales con normalidad. «Éste ha bajado un poco pero todavía estamos en ello. Hay chavales que se acostumbraron a no tener que ir por los tres meses sin clase por Covid y a estar en casa con el ordenador y el móvil».

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