La pandemia trajo consigo restricciones de movilidad y eso implicó no que desaparecieran los problemas de las personas sin hogar, no, sino que «se movieran menos y por eso en servicios como el nuestro, se realizaron menos atenciones», apunta el responsable de la atención a ... personas sin hogar de Cáritas. Así que la vuelta a la normalidad lo que está suponiendo es que ahora, mediado agosto han recibido atención «más de doscientas personas, así que supongo que, con lo que queda de año, no es difícil que se superen las cifras que manejamos en 2021, y que nos acerquemos mucho a las de prepandemia».
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En el último recibieron algún tipo de atención en Cáritas en este servicio 257 personas que, en conjunto, acabaron recibiendo 10.945 desayunos, comidas y cenas. Las pernoctaciones contabilizadas a lo largo del año pasado fueron 3.670.
Apunta Menéndez que es precisamente ahora cuando está habiendo un repunte en el número de atenciones, y no se sorprende en absoluto porque a la presencia de más extranjeros por la apertura definitiva de las fronteras, hay que añadir que «en estos meses hay muchas ferias y fiestas, un sector en el que muchos de ellos buscan trabajo, así que la presencia de estas personas es más significativa ahora».
Cree también que en breve ocurrirá lo que venía pasando en los años anteriores a la pandemia, que a medida que se acerquen las fechas de actividades agrícolas como la vendimia «también llegarán más personas sin hogar que llegan con la intención de acercarse a los lugares en los que pueden ser contratadas».
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Subsisten la mayoría de ellos con trabajos estacionales y es a partir de ahora cuando «vendrán más y por lo tanto también nosotros tendremos que realizar más atenciones». También influirá en el incremento de la presencia de quienes están de paso por nuestra ciudad el hecho de que el Centro de Día, ahora cerrado, volverá a abrir sus puertas a mediados o finales de octubre. «Esta personas que habitualmente hacen la ruta que incluye Miranda como ciudad de paso, ya lo saben y es por eso que, como ocurre, habitualmente, esperamos que por esas fechas se produzca un incremento en las llegadas».
El Centro de Día es un recurso que Cáritas mantiene abierto durante los meses en los que la que la climatología es más adversa, entre octubre y abril habitualmente. «Es un recurso ya asentado y consideramos que presta un gran servicio»
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En Cáritas trabajan mirando al futuro y manejan habitualmente previsiones. La experiencia acumulada hace que la realidad no sea muy diferente de lo que auguraron. Eso es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora pero Juan Alfonso Menéndez no tiene muy claro que lo que ya conocen vaya a servirles ahora para afrontar lo que vendrá el próximo año.
«No sabemos muy bien como serán las cosas, nos estamos enfrentando a una situación de crisis completamente nueva, global, y todo son incógnitas e incertidumbre». Están preparándose por si la crisis energética trae como consecuencia que «muchos de los que tienen viviendas precarias se queden sin hogar. Todo apunta a que eso ocurrirá y que la pobreza se cronificará».
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En Cáritas piensan en cómo hacer frente a esa situación y Menéndez apunta que uno de los caminos es «mantener la buena coordinación que tenemos con Servicios Sociales para que la red de asistencial cumpla su cometido».
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