El calor del Carnaval de Miranda se impuso al frío

Los que pensaron que ser un oso o un esquimal sería una buena idea para este Carnaval, y los que decidieron presentarse en el desfile como una familia recién levantada ataviada con bata de guatiné, atinaron porque para sorpresa y, por qué no decirlo, fastidio de prácticamente todos, la benigna climatología de la que se había disfrutado en los últimos días del pasado mes se esfumó y fue precisamente ayer, el día central del Carnaval, cuando el invierno volvió a asomar y se hizo presente en la ciudad.

Se oía a algunos de los transformados en esos personajes en los que sólo pueden convertirse en jornadas tan especiales como el Carnaval, quejarse del frío, pero también se oían conversaciones en las que se revelaba el secreto para no quedarse helados. «Por debajo todo térmico».

Eso ayudó a mitigar los efectos de la baja temperatura, y también que la ganas de diversión se impusieron a todas las adversidades. Se seguía el ritmo de la música marcada por batukadas y charangas, y moverse gracias a los sonidos propios de países más tropicales puso el calor que se precisaba para que el colorista y alegre desfile fuera todo un éxito.

Si el centro de las calles por las que pasó la rúa lo ocuparon durante más o menos una hora –ese fue el tiempo que emplearon en transitar de la calle La Estación a la Plaza de España–, los participantes en el concurso, las aceras se vieron ayer inundadas por una avalancha de mirandeses que no se quisieron perder el espectáculo.

El Carnaval sigue hoy con el baile que amenizará la orquesta La estampida desde la una y media del mediodía en la calle La Estación, y que volverá a hacerse oír a partir de las seis y media de la tarde, que será el momento en el que se iniciará el acto de entrega de premios del desfile. Habrá premios para grupos de entre 3 y 8 personas, así como de más de nueve, para parejas, y también para carros engalanados, así como para la animación y el maquillaje. Eso se conocerá esta tarde.