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Cristina Ortiz
Miércoles, 13 de marzo 2024, 00:24
Azucarera va a invertir 27 millones de euros para multiplicar por cuatro la producción de azúcar en su fábrica de Miranda, a la que espera convertir en «un enclave estratégico para abastecer a sus clientes de la zona norte, Cantábrico y el Corredor Mediterráneo».
Con la ampliación, en la que ya se está trabajando y que estará operativa para verano de 2025, se prevé alcanzar una capacidad de 250.000 toneladas de azúcar gracias a la expansión de la superficie de cultivo de remolacha en la zona –aquí llega raíz de Álava, La Rioja, varias provincias de Castilla y León, Navarra y Huesca– y también de la actividad de refino de azúcar de caña.
El nuevo proyecto busca hacer de la fábrica, que está a punto de cumplir un siglo de actividad, un «centro flexible» capaz de trabajar con dos productos agrícolas distintos y de contribuir a incrementar la producción en un país deficitario en la producción, que consume 1,3 millones de toneladas y que, en la actualidad, produce únicamente la mitad.
«Con esta inversión, la fábrica dará respuesta al aumento de superficie de remolacha en la zona y nos permitirá estar más cerca de nuestros clientes», explicó el consejero delegado de Azucarera, Juan Luis Rivero, durante su visita a la fábrica junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; la alcaldesa de la ciudad, Aitana Hernando;y el presidente de la Diputación de Burgos, Borja Suárez, entre otros.
Un recorrido por las instalaciones en el que la directora de Estrategia de Azucarera, Carol Durán, puso de relieve la «apuesta de futuro» para la planta y para «el empleo de la zona» que supone la inversión que ya se está llevando a cabo. «Se trata de una excelente oportunidad para mejorar nuestros procesos de automatización y digitalización que son una prioridad para la competitividad, en un contexto cada vez más complicado a nivel sectorial y en el que la innovación es una pieza clave en nuestro día a día».
Con ello, la multinacional espera que se consolide la factoría de Miranda, situada en un enclave geográfico estratégico para el suministro de azúcar en el norte y en el este de España, y bien conectada con los puertos de Bilbao y Santander.
Todo ello impulsará el desarrollo económico local y promoverá la actividad en sectores auxiliares como el transporte y los servicios, ingenierías y montajes, entre otros, además de incrementar el número de empleos de la fábrica de la ciudad, alcanzando una plantilla de 160 trabajadores directos entre la campaña de remolacha y la campaña de refino.
Cifra mucho más elevada si se tiene en cuenta el empleo indirecto, ya que según sus estimaciones, por cada puesto de trabajo en una fábrica remolachera, se generan diez fuera de ella.
Con esta fuerte inversión, la multinacional se afianza como la empresa líder en España en producción y comercialización de azúcar. Y lo hace, además, coincidiendo la puesta en marcha del proyecto con el año en el que la factoría celebrará su centenario. La fábrica, conocida en el pasado como Azucarera Leopoldo, fue inaugurada por el rey Alfonso XIII el 14 de octubre de 1925.
Historia que la ancla en el pasado pero con la vista puesta en el futuro, mirada que permite que a día de hoy sea «una compañía líder en el sector en España», tal y como puso de relieve Fernández Mañueco durante su visita a la planta mirandesa; donde calificó de «grandísima noticia» para la ciudad la inversión de 27 millones de euros para ampliar las instalaciones junto a la N-1.
Esto demuestra, en su opinión, que Miranda «tiene un gran atractivo para la inversión empresarial innovadora». Interés que cree que se ve fortalecido por «su ubicación estratégica y, sobre todo, por el talento».
Durante su intervención también remarcó el apoyo del Gobierno autonómico a los empresarios que crean riqueza y puestos de trabajo, apostando por la innovación y la digitalización; al mismo tiempo que abogó por tener «una fiscalidad moderada inteligente, que fomente el consumo y la inversión, porque eso permite el crecimiento económico y la creación de empleo». Manifestación que ligó al apoyo de la Junta a las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos.
También dejó claro el compromiso de su ejecutivo con las infraestructuras ferroviarias, tanto del Corredor Atlántico como de la unión del Cantábrico con el Mediterráneo, ambas con Miranda en su recorrido.
Y es que instantes antes, el presidente de la Diputación de Burgos, el mirandés Borja Suárez, le había pedido que reivindicara el impulso de las infraestructuras para ayudar al sector empresarial.
Lo hizo en una intervención en la que también destacó la presencia ininterrumpida de la factoría remolachera durante casi un siglo en una ciudad que «en el siglo XX tuvo un esplendor industrial que creó mucho empleo, generó mucha riqueza y fijó mucha población. Esplendor que, por diferentes circunstancias ha caído en industria papelera, química y nuclear, pero que no en la azucarera, que ha demostrado ese músculo y ese compromiso con el territorio».
Por su parte, Aitana Hernando destacó el papel de la compañía como «pilar fundamental» de la economía y del empleo de la ciudad. Dos características que seguirán acompañando a la factoría en el futuro gracias a su nueva apuesta por Miranda, «un lugar de oportunidades para la empresas, para que se implanten, se mantengan y crezcan».
Un aspecto a destacar para la alcaldesa, porque «son quienes crean empleo y, junto a los trabajadores, quienes hacen fuerte a una ciudad, ayudan a que se retenga talento, se fije población, se genere riqueza y, por supuesto, que su posible el desarrollo de la ciudad».
La ampliación impulsada por Azucarera convertirá a la fábrica de Miranda en uno de los centros más completos y punteros de la compañía, puesto que contará, también con una planta de envasado propio de Stimel, un fertilizante orgánico líquido con alto contenido en extracto húmico y materia orgánica para conseguir cultivos más eficientes, que se obtiene de la mezcla de diferentes corrientes generadas durante el proceso de extracción de azúcar de remolacha y de la fabricación de sus derivados.
Azucarera va a destinar otros 73.800 euros a la construcción de una nave de 252 metros cuadrados que albergará esta nueva planta que tendrá capacidad para envasar 1.800 litros de Stimel por hora, lo que supone una capacidad anual de 7.500 toneladas.
«Esta inversión nos permitirá ser más autónomos y ágiles a la hora de dar respuesta a la demanda de nuestros clientes de toda la zona norte», explicó el director de ventas de Betalia, Curro González; al tiempo que adelantaba que ya estará operativa a mediados de mayo.
Desde esta envasadora se distribuirán, en principio, garrafas de Stimel de 20 y 5 litros, aunque el objetivo es «poder atender la rápida expansión internacional del negocio, así como la fabricación de nuevos productos y referencias, con el objetivo de dar el mejor servicio posible a nuestros clientes y colaboradores», detalló.
El proyecto hace ya un mes que dispone de licencia municipal de obras para la nave que contará con alrededor de 20 metros cuadrados para la zona de los compresores y el resto, para almacén de los bidones.
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