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raúl canales
Domingo, 8 de agosto 2021, 04:59
Uno de los grandes retos demográficos en todo el país es frenar la despoblación en el medio rural. Durante décadas se ha producido un constante éxodo hacia las ciudades que ha dejado a cientos de pueblos al borde de la desaparición, un problema que ahora ... está en el centro de la agenda política nacional y al que urge buscar solución.
La primera medida para frenar la sangría es mantener la prestación de servicios, algunos deficitarios en lo económico pero muy rentables en lo social. Es el caso del autobús que dos veces por semana comunica Miranda con las pedanías y pequeñas localidades del entorno. «A nosotras nos da la vida», afirman con rotundidad Mari Carmen y Francisca, a la que todos conocen como Paca.
Ambas residen en Villanueva de Soportilla, al menos durante gran parte del año, y bajan a realizar compras o trámites a los comercios mirandeses casi todos los martes y viernes. Cuando no pueden, siempre hay otra vecina que toma el relevo. «Casi se podría decir que se turnan para que el autobús no vaya nunca vacío, porque es su forma de reivindicar que es un servicio esencial y que no se puede quitar», afirma Olivia, que tras varios años al volante ya conoce cada detalle de la vida de los pasajeros.
«Hoy he comprado más cosas en el súper porque el viernes tengo visita familiar», explica Paca cuando la conductora le ayuda a subir las bolsas antes de emprender el viaje de vuelta tras dos horas en Miranda.
Francisca | Usuaria
El trabajo de los hijos, la salud de otros vecinos de los que hace tiempo no se sabe casi nada o las últimas noticias del mundo, son temas que van saliendo poco a poco en una animada conversación que solo se detiene para despedir a quienes se van bajando a medida que el bus retorna a cada pueblo. Y es que el trayecto sirve para ponerse al día. «El salseo es parte del servicio, porque nos conocemos de toda la vida pero nos vemos poco», aseguran con humor.
En verano la ruta comienza a las 9.00 desde la estación de autobuses y el billete cuesta 1,45 euros. «No solo vienen de los pueblos. También hay señores de Miranda que aprovechan para ir a las huertas que tienen allí», aclara Olivia. La Nave, Suzana, Montañana,... hasta trece localidades en menos de una hora, por lo que cuando el reloj aún no marca las diez, la media docena de pasajeros que ha ido recogiendo descienden en la calle Vitoria. Algunos tiene cita en la peluquería, otros en el médico. Los hay que aprovechan para hacer la compra o simplemente para pasear. En un par de horas, les recogen en el mismo lugar. «A veces vas un poco justo de tiempo, pero casi siempre sobra», asegura José.
Mari Carmen | Usuaria
No todos los que usan este medio de transporte son personas mayores. Zaira estudia en la universidad de Soria pero las vacaciones las pasa en Bugedo. «No tengo carné y es una forma rápida de venir a Miranda sin tener que molestar a mis padres. Depende de lo que tenga que hacer, a veces bajan a buscarme luego, pero sino, subo otra vez en el bus», afirma.
En algunos pueblos, el bus tiene parada fija. En otros funciona, como Moriana o Ameyugo, funciona a demanda para no tener que desviarse de la ruta si no hay pasajeros. «Cuando va a venir alguien avisa, porque es muy esporádico», afirma Olivia.
El servicio se lleva prestando desde 2004 con una media de ocho a diez personas diarias. No es un número elevado si solo se atiende a la cifra total, pero para realizar una análisis más acertado hay que tener en cuenta la trascendencia que tiene para mantener comunicado y activo el medio rural.
«Nosotras tenemos carné de conducir, pero preferimos utilizar el autobús por comodidad y porque hay vecinos que no tienen otra forma de desplazarse, y si no lo usamos, lo acabarán quitando. Aunque a veces nuestros hijos vengan en coche a Miranda y nos podrían traer, bajamos en el bus porque si perdemos estos servicios, los pueblos moriremos definitivamente», sentencian Mari Carmen y Paca antes de despedirse.
La firma encargada de la concesión de las líneas urbanas y de comunicar la ciudad con las pedanías, tiene también un servicio metropolitano con Rivabellosa que incluye parada en Cascajos de Bayas y otro a Ircio que pasa por Los Corrales y Fuentecaliente.
La demanda no es muy elevada, por lo que únicamente funciona una vez por semana, pero como se apunta desde la empresa, «sirve para que muchas personas puedan ir al cementerio». Simplemente con eso, ya cumple la finalidad con la que fueron pensadas estas líneas. La salida desde Miranda es a las 10.15 horas y el regreso 45 minutos después. También hay quienes aprovechan estas líneas para ir al hipermercado de Rivabellosa e incluso a las piscinas de dicha localidad durante la época de verano.
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