Abrir un portal digital dedicado a la montaña, a la aventura y al mundo entendido como un conjunto imprescindible de espacios naturales. Compartiendo equipo con dos grandes especialistas a quienes aprecio sinceramente; periodista el uno, filólogo el otro. Consumados escaladores y alpinistas ambos, gentes con ... criterio, que además de escalar saben de docencia, de formación, de literatura en euskera… Óscar Gogorza y Juanrra Madariaga. Viejos amigos. ¿Quién podría negarse?
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Seré lector asiduo de sus columnas y aprenderé de lo que nos cuenten en ellas. Por mi parte, trataré de captar situaciones, recordar «batallitas», reflexionar sobre sucesos importantes o curiosos, bien sean históricos o de actualidad… trataré de hacerlo de forma divertida; rebuscaré sobre todo, en viejos libros (quizá también en alguno nuevo, pero eso no lo prometo), recordaré a amigos, épocas pasadas… «escribe de lo que quieras», me dijo Fernando.
Hablaré de modelos, del Club Deportivo, de BBK, a la que sigo ligado a pesar de mi jubilación. De la Fundación Félix Baltistán. De montaña, de aventura, de parques nacionales, de parajes que me han dejado huella, de ciertas historias que tienen que ver con los descubrimientos, con la exploración, con los pioneros… hablaré de tierras, de montañas, de ríos, quizá también de mares y –seguro- hablaré de aventuras aéreas. Y si algún día me veo perdido, falto de inspiración o de conocimientos, bloqueado o sin saber qué hacer, le pediré auxilio a mi querido Sebastián Álvaro, un tipo que de joven era normal, pero que gracias a 'Al Filo de lo Imposible' –su criatura- y gracias a su deseo compulsivo de contar historias, se convirtió en sabio.
Comienzo mi aventura como columnista en 'Mendian' igual que comienzan su tarea docente los buenos maestros: sabiendo que aprenderé más que enseñaré. Culminando esa secuencia mil veces repetida, que me costó tiempo comprender: cuando miro todo lo que me han enseñado los viajes y las montañas me vuelvo más consciente de la importancia del hecho de relatar. Suelo contar en mis charlas que los alpinistas de mi generación acudíamos a los libros buscando información sobre las montañas que, quizá un día, llegaríamos a escalar.
Y los libros nos sorprendieron. Porque en ellos no sólo encontramos información: encontramos inspiración. Descubrimos héroes, modelos, a los que imitar. Descubrimos 'otros Annapurnas': sueños, metas, objetivos que perseguir. Y también descubrimos actitudes que mantener, especialmente la que tiene que ver con los encontronazos con la adversidad. Descubrimos, en definitiva, que los viajes y las expediciones no comenzaban en el aeropuerto sino en los libros, en los relatos de los otros. Tardé mucho más en descubrir que, de la misma manera, las expediciones tampoco terminan cuando uno regresa a casa… sino cuando uno cuenta sus experiencias a quienes no las han vivido. Porque es en ese ejercicio de reflexión previo al relato de lo vivido, cuando uno se hace consciente no de lo que ha escalado, sino de lo que ha aprendido. Esperando no defraudar, gracias, por esta oportunidad de aprender.
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