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El himalayismo tiene un nuevo icono en su galería de leyendas. Se llama Nirmal Purja, es nepalí, aunque no sherpa, tiene 36 años y su biografía apasionaría a cualquier guionista de cine: fue miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército británico, pero hace un ... par de años renunció a su dorado retiro militar para afrontar un reto ni tan siquiera imaginado antes: subir los catorce ochomiles en siete meses. Teniendo en cuenta que el anterior récord eran siete años, diez meses y seis días (el coreano Kim Chang-ho en 2013) y su corta experiencia ochomilista previa -se calzó unos crampones por primera vez en 2012-, pocos se tomaron en serio el reto.
Pero desde la pasada primavera ha ido callando bocas. Ayer, con la ascensión al Shisha Pangma, culminó el desafío. Y le han sobrado tres semanas. Ha tardado seis meses y seis días desde que el pasado 23 de abril escalara el Annapurna. Exactamente 189 días en los que ha destrozado todos los parámetros establecidos. Y sin las trabas burocráticas de China, que cerró el Shisha y finalmente lo abrió para él hace una semana, probablemente lo hubiese logrado en menos de seis meses, ya que su decimotercer ochomil, el Makalu, cayó el 27 de septiembre.
«¡Objetivo cumplido!», fueron sus primeras palabras ayer a las nueve de la mañana (horal local) en la cumbre del Shisha Pangma, el ochomil más bajo (8.027 m) pero paradójicamente el que más le ha costado. Y no solo por las condiciones de la montaña, sino por los problemas burocráticos que ha encontrado. Y es que China decidió cerrar la montaña -el único ochomil que se encuentra íntegramente en territorio tibetano- hace un par de meses, justo cuando Nirmal Purja, apodado 'Nims', anunció que iba a ser su último ochomil. Pero la posterior campaña internacional, con petición oficial incluida del gobierno de Nepal, dio sus frutos y China decidió otorgarle el permiso.
Sin inmutarse por el veneno que encerraba el regalo -la temporada postmonzónica estaba ya muy avanzada- y mientras las últimas expediciones se retiraban ya del resto de los ochomiles, Nims se plantaba en el campo base del Shisha junto a su equipo de cuatro sherpas que le han acompañado en el proyecto. Ni la carga de nieve de la ruta ni la mala meteorología le han parado. Apenas una semana después de llegar al campo base pisaba la cima, junto con Galjen Sherpa, Gesman Tamang y Mingma David Sherpa, quien también completaba los 14 ochomiles y además se convertía, con 30 años, en la persona más joven en conseguirlo.
Enorme infraestructura
Pero su increíble récord no está exento de polémica. Los más puristas le critican que no haya escatimado en el uso de bombonas de oxígeno -en prácticamente todos los ochomiles-, que ha ascendido por las rutas normales y en casi todos los casos equipadas previamente por expediciones comerciales o que tampoco ha dudado en utilizar helicópteros para ganar tiempo y trasladarse de campo base en campo base.
Le acusan de tratarse en realidad de una gigantesca campaña de marketing en favor de la empresa que ha creado -Elite Himalayan- que a partir del año que viene guiará a clientes de todo el mundo en los 14 ochomiles. Por todo ello le quitan cualquier valor alpinístico al desafío, aunque muchas de esas críticas callaron cuando Reynhold Messner elogió la hazaña de Nims y su «voluntad inquebrantable» para culminarla.
De lo que no hay duda es que el logro es un prodigio de logística y estrategia. Han sido catorce ochomiles de catorce intentos en poco más de seis meses, en tres ventanas de accesibilidad (primavera, verano y otoño) y en tres países (Nepal, Pakistán y China), en un proyecto que solo ha estado en peligro por la falta de financiación, solucionado con el paso de los ochomiles con la entrada de varios patrocinadores.
Por no hablar de su resistencia física y mental. Y frente a los que le restan cualquier valor alpinístico, sus defensores recuerdan que abrió y equipó la ruta en tres de los ochomiles, entre ellos el K2, cuando apenas unos días antes media docena de expediciones se habían dado la vuelta sin conseguirlo. O su participación en varios rescates en altitud en pleno ataque a cumbre, como el del malasio Wui Kin Chin a 7500 y el de los indios Biplab Baidya y Kuntal Karar a 8200 en el Kangchenjunga, con los que compartió oxígeno y les acompañó en un descenso desesperado hasta que ambos no pudieron más y fallecieron.
Annapurna. 23 de abril.
Dhaulagiri. 12 de mayo.
Kanchenjunga. 15 de mayo.
Everest. 22 de mayo.
Lhotse. 22 de mayo.
Makalu. 24 de mayo.
Nanga Parbat. 3 de julio.
Gasherbrum I. 15 de julio.
Gasherbrum II. 18 de julio.
K2. 24 de julio.
Broad Peak. 26 de julio.
Cho Oyu. 23 de septiembre.
Manaslu. 27 de septiembre.
Shisha Pangma. 28 de octubre.
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