Montes de Nabarniz y barrios de Orozko

El valle de Orozko encierra numerosos barrios repletos de historia y elementos etnográficos. Viejos caminos los comunicaban antaño y aún hoy en día permiten recorrerlos al margen del asfalto. El sendero PR-BI 33 une Ibarra y Urigoiti a través de Zaloa para descender luego al punto de origen a través de Aresketa.

Comenzamos a andar en la plaza de Ibarra, el segundo núcleo más importante de Orozko, donde se encuentra el panel informativo con los senderos balizados que recorren el pueblo. Al otro lado de la carretera remontamos por un bonito camino carretil antes de desembocar, junto a la central de aguas, en una pista que nos lleva al barrio de Zaloa, presidido por la ermita de Santa María (s. XIV).

Dejamos el 'auzoa' por su parte superior para coger un camino que asciende dando cara a Itxina, aunque los pinos impiden la visión de la mole rocosa. Tras un tramo del camino que discurre sobre grandes lajas inclinadas superamos una puerta metálica. El camino pasa a ser herboso antes de convertirse en una senda sucia, algo cerrada y propensa a embarrarse por el continuo tránsito del ganado que realiza un amplio rodeo (dch) antes de desembocar en una gran pista de gravilla que viene de Pagomakurre.

Por este amplio vial descendemos hasta Urigoiti, donde la vista atrás es obligada para disfrutar de las excelentes vistas de Itxina y sus agujas calcáreas ('atxak', en euskera), que podemos observar con más detalle desde el merendero de Eleskin, desviándonos unos metros de la ruta.

Cruzamos Urigoiti en sentido descendente en un paseo que se convierte en un auténtico catálogo de caseríos. Destaca entre ellos el de Munekogoikoa (siglo XVI) con su frontal de madera. Al final de barrio, un sendero encajonado entre prados nos invita a seguir bajando hacia el valle. Sin embargo, a los pocos metros nos vemos obligados a salir a la campa ya que las zarzas y las ortigas han dejado impracticable la senda.

Más abajo, cuando el camino vuelve a estar limpio, retornamos a él, bordeamos una campa y nos adentramos en un bosque donde retomamos el sendero encajonado, en algunos tramos un túnel en la vegetación. Más abajo salimos a terreno abierto y, entre huertas, llegamos a Aresketa. Ya por cemento, seguimos hasta Ugalde, donde merece la pena desviarse unos metros del trazado balizado para visitar la antepara (depósito de agua) del barrio.

Desde Ugalde, solo queda ya descender hasta la carretera y retornar por ella a Ibarra, donde antes de llegar a su plaza pasaremos ante el convento de las Mercedarias, del siglo XVI, y el bolaleku.

Recorrido de carácter eminentemente montañero por los cordales de Illuntzar y los barrios de Nabarniz, donde el caserío aún conserva su esencia y ofrece todavía numerosos elementos vinculados a sus labores, como hórreos, leñeras, pajares, potros de herrar o caleros. Cumplimentaremos la marcha con una variante del sendero, ya descatalogada pero perfectamente balizada, que nos llevará hasta el Oppidum de Arrola, uno de los castros defensivos de la Edad de Hierro más importantes del Cantábrico.

El Illuntzar es una excelente atalaya de la Reserva de Urdaibai. Desde su cordal cimero se puede observar el rico paisaje de la comarca, donde destacan los pastos, la campiña atlántica de los valles altos entre Ereño, Nabarniz y Aulesti, el encinar cantábrico del monte Ereñozar, el valle de Oma, las marismas de Murueta, Busturia, Gautegiz-Arteaga y los montes que delimitan la cuenca del Oka.

El sendero nos permite acceder al Illuntzar partiendo de Elexalde, núcleo principal de Nabarniz. Iniciamos la caminata en la trasera de la iglesia Santa María de Gorostiza, donde se encuentra el panel informativo. Enfilamos por la carretera hacia Merika. Al llegar al barrio, las marcas blancas y amarillas y los carteles con el nombre de Illuntzar evitan cualquier extravío.

Una amplia pista asciende cómodamente desde Merika hasta la base de la cima realizando amplios zigzag para suavizar la pendiente. En el tramo superior, cuando el camino comienza a descender, hay que seguir una sendero (izd) que supera el farallón que protege la cumbre por su vertiente oeste.

Desde la cima, el sendero comienza a descender, cruzando hacia el norte el alomado cordal cubierto de pastos. Esta zona esconde numerosas simas, como la de Ineritze, con 330 metros de profundidad.

Tras la última loma, el recorrido gira (dch) para dirigirse al pequeño y bello hayedo de Airo, vestigio del gran bosque autóctono que cubría esta zona. Tras cruzarlo, una amplia pista nos acerca al cruce de Kurtziagana desde donde tomamos la antigua calzada que descendía a los barrios de Intxaurraga e Ikazurieta.

En este último seguimos la carretera hasta coger (dch) un desvío balizado que se dirige al barrio de Uribarri. Justo antes de acceder a él está el desvío hacia el castro de Arrola. El bonito sendero desemboca en la carretera BI-3242 a la altura del caserío Agiarro.

Cruzamos la carretera y ascendemos por la pista dos kilómetros hasta el Oppidum, donde no es difícil retrotraerse 2.300 años entre sus piedras y ante las imponentes vistas. De vuelta a Uribarri, remontamos los últimos metros del sendero hasta Elexalde.