Otros montañeros vascos sepultados en avalanchas

El pico Balaitús (3.144 metros) de Huesca tiene el triste honor de haber sido el escenario de la mayor tragedia del montañismo vasco. Ocurrió en enero de 1995, cuando seis jóvenes del club de montaña de Santutxu se vieron sorprendidos por un alud en el camino de regreso al refugio del Respumoso.

José Luis Zuloaga falleció atrapado por una avalancha en el Shisma Pangma en una cordada en la que iba Juanito Oiarzabal.

Cinco montañeros, dos guipuzcoanos y tres navarros, desaparecieron en noviembre en el monte Pumori (7.161 metros), situado en el Himalaya y muy próximo al Everest, después de registrarse una avalancha de nieve. Las víctimas fueron atrapadas por un alud a 6.500 metros de altura.

Un alud de nieve barrió en mayo la ladera de Llampacimera, en Vegarredonda (Macizo Occidental de Picos de Europa), y acabó con la vida del montañero de Etxebarri Juan Luis Jiménez Gil (30 años) y causó heridas de consideración a los baracaldeses Jaime Julio Sampedro (26) y Olatz Simón (25).

Dos montañeros guipuzcoanos fueron encontrados muertos en diciembre en el paso pirenaico de El Portalet, cerca de la estación de esquí de Formigal. Los deportistas, de 38 y 32 años, murieron atrapados por un alud de nieve cuando acababan de iniciar la ruta del Anayet equipados con esquís de travesía.