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BORJA OLAIZOLA
Viernes, 8 de noviembre 2019, 12:38
El Pirineo aragonés podría estrenar en un plazo de un año su primer teleférico si el proyecto de unir la estación ferroviaria de Canfranc y el ibón de Ip, a 2.100 metros de altura, ve finalmente la luz. Se trata de ... una idea acariciada por el Ayuntamiento de la localidad desde hace años que ha cobrado un nuevo impulso en los últimos meses con la entrada en juego de la multinacional Doppelmayr, un empresa austro-suiza que lidera el mercado mundial de los teleféricos. La firma se ha mostrado dispuesta a participar en la financiación del proyecto, que supondría una inversión de entre 3,5 y 4 millones de euros, si los estudios de viabilidad y de impacto ambiental que se han empezado a realizar arrojan resultados favorables.
Aunque las estaciones de esquí suelen poner en funcionamiento algunos de sus remontes en verano para que los excursionistas y los turistas tengan acceso a parajes de alta montaña con comodidad, lo cierto es que el Pirineo aragonés no dispone de ningún teleférico. La instalación más parecida es el telecabina que comunica el pueblo de Panticosa con la estación de esquí del mismo nombre, que suma cada año más usuarios en época estival. También la tirolina que se instaló en Hoz de Jaca hace un par de años se ha revelado un rotundo éxito de público, lo que demuestra que hay una demanda creciente de actividades recreativas en la comarca.
Canfranc llevaba tiempo dando vueltas al aprovechamiento del tendido del carretón que se construyó hace medio siglo para acometer las obras de la represa de las aguas del ibón de Ip, una suerte de funicular para trasladar trabajadores y material hasta los 2.100 metros de altura del embalse. La línea dejó de utilizarse en 1997 porque resultaba bastante más económico contratar un helicóptero que mantenerla en funcionamiento.
Inicialmente se pensó en aprovechar el antiguo tendido para instalar un funicular moderno, pero las exigencias de seguridad actuales desaconsejaban esa opción. La empresa Doppelmayr despejó las incógnitas al proponer la construcción de un teleférico bicable de dos cabinas, una de subida y otra de bajada, que partiría de la estación de ferrocarril de Canfranc y dejaría a los viajeros junto al ibón de Ip, a más de 2.000 metros de altura. Además de ofrecer asesoramiento técnico, la multinacional sorprendió al Consistorio al ofrecerse a participar en la inversión y la gestión de la instalación. A la espera de una mayor definición de los aspectos financieros, el proyecto está pendiente de los estudios de impacto ambiental y viabilidad que se han empezado a realizar.
Según los cálculos efectuados, el teleférico sería viable a partir de los 80.000 usuarios anuales. Cada cabina tendría capacidad para unos 15 pasajeros y el billete costaría 10 euros. El viajero ascendería en poco más de siete minutos de los 1.190 metros de Canfranc a los 2.115 metros del ibón de Ip. El impacto ambiental del proyecto, aseguran sus promotores, sería mínimo, ya que solo habría que construir dos torres, una a mitad del trayecto y otra en la parte superior.
La idea ha sido acogida con entusiasmo en Canfranc, que ahora depende casi en exclusiva de los deportes de la nieve, porque daría un empujón al turismo más allá de la época invernal. Las organizaciones ecologistas han expresado tímidamente su oposición mientras que algunas autoridades han advertido de la necesidad de preparar un plan de prevención de accidentes porque la instalación facilitaría el acceso a la alta montaña de personas que no cuentan con la debida preparación. Si el proyecto prospera, podría ver la luz en un plazo de un año.
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