El montañismo está mostrando su faceta más dura en el Pirineo aragonés estas primeras semanas del año. En lo que va de enero son ya seis las personas que han fallecido en esta zona, entre ellas Fermín Caminos, vecino de la localidad guipuzcoana de Berastegi ... de 26 años que perdía la vida tras sufrir una caída el pasado sábado en el pico Aspe, en Huesca. A ello hay que sumarle otros 40 percances que se han saldado sin víctimas mortales, 28 accidentes de esquí y 12 rescates en montaña, según ha contabilizado esta semana Protección Civil del Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Montañismo.
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El aumento de las actividades al aire libre durante la década de 1960 trajo consigo la necesidad de rescatar a personas accidentadas o extraviadas en áreas de montaña, y dio lugar a la creación de los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña de la Guardia Civil (SEREIM). El capitán Santiago Gómez Rivas es el jefe de la unidad de Jaca, cuyo equipo cubre el Pirineo que va desde la frontera con Navarra hasta casi Panticosa. Divididos en nueve unidades en un área en el que trabajan alrededor de 80 personas, el trabajo de Gómez Rivas durante las últimas jornadas ha sido frenético y, lamentablemente, desgarrador por los graves accidentes ocurridos. «Los últimos percances se han debido a deslizamientos por pendientes, sobre todo tropezones o caídas con esquís provocados por la nieve dura», explica.
La zona del Pirineo Occidental, lugar ampliamente frecuentado por montañeros y senderistas vascos, es especialmente peligrosa por ser «la más alpina y la que más 'tresmiles' y montañas complicadas tiene». Uno de los puntos negros, explica el capitán, se encuentra en el Glaciar del Aneto, porque «durante el año está cubierto de nieve y cuando se va la nieve aparece un hielo muy duro y aumentan accidentes y rescates». Otros picos también son «bastante complicados» como el Balaitús, el Valle de Tena, Monte Perdido o algún barranco en la Sierra de Guara.
La situación de la montaña ahora, dice, «es bastante peligrosa», lo que explica que en enero se hayan tenido que realizar más intervenciones que en meses precedentes, especialmente por las condiciones climatológicas. «No hay mucha nieve, pero está muy dura con lo que cualquier pequeño tropezón provoca que cueste mucho más frenar y que la gente tenga caídas muy graves», detalla Gómez. Según las previsiones, la situación no cambiará durante las próximas jornadas y, por ello, las autoridades aragonesas han salido al paso para enviar un mensaje de prudencia. «En momentos como este en los que se dan unas condiciones que hacen que cualquier accidente pueda tener unas repercusiones más graves que en otra época del año», advierten.
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Santiago Gómez | Unidad de Rescate de Jaca
Ante el alto riesgo actual en la montaña, el jefe del SEREIM de Jaca recomienda a las personas que tengan pensado acudir al Pirineo aragonés en las próximas fechas que hagan «una buena planificación de la actividad». «Saber muy bien dónde se va a ir, elegir el itinerario, conocer los peligros de la zona, calcular el tiempo para completar el recorrido, llevar el material adecuado, comida y bebida de sobra, dispositivos de orientación y no ir nunca solo».
Durante sus años de experiencia, el capitán Gómez ha podido comprobar cómo hasta la persona más experimentada puede sufrir un accidente, especialmente por «no saber renunciar a tiempo, en el momento en que las condiciones no son las mejores. Cuando la montaña nos dice que hoy no es el día, hay que saber renunciar porque el monte siempre nos va a esperar». Una de las pistas para posponer el plan es la meteorología. Un mismo recorrido sencillo puede convertirse en zona de alto riesgo en caso de tormenta. «Si el helicóptero no puede volar por el mal tiempo, vamos a tener que ir a pie y tardaremos más, así que por un simple esguince de tobillo el rescate puede agravarse y complicarse bastante», incide.
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En situaciones de peligro, lo primordial es «mantener la calma, aunque sea complicado» y «avisar cuanto antes a los servicios de emergencia», añade el experto. Si ocurre un accidente, «debemos intentar estabilizar al herido y abrigarle, aunque sea verano, porque estando parado puede bajar muy rápido la temperatura corporal». Y en caso de que un montañero se pierda en el monte, es fundamental «no moverse del lugar».
Esta unidad de rescate de Jaca realiza en la época estival «la mitad de rescates» de todo el año, especialmente durante julio y agosto, debido a problemas como las bajas temperaturas en alturas, «donde la gente a veces se confía», o a las tormentas de verano que hacen que pueda aumentar «exponencialmente» el peligro en zonas como los barrancos. «Viene mucha gente de toda España, de toda Europa y de todo el mundo a disfrutar de la montaña, Entonces también entendemos que es un poco normal que haya tantos rescates», sentencia el jefe de esta unidad de Jaca.
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40 intervenciones se han realizado hasta la fecha en el Pirineo oscense, 28 corresponden a accidentes de esquí y 12 a rescates en la montaña.
Pirineo Occidental Lugares más peligrosos: El Glaciar del Aneto, el pico del Balaitús, el Valle de Tena, Monte Perdido o los barrancos de la Sierra de Guara. | Intervenciones: En julio y agosto se concentra el mayor número de rescates que realiza el SEREIM de Jaca. Suponen más de la mitad de los que se hacen en todo el años.
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