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cirilo dávila
Lunes, 27 de julio 2020, 00:40
Picos de Europa y Pirineos, como destinos naturales de los montañeros vascos, gestionan de forma diferente la nueva normalidad en los refugios. Cada instalación tiene sus propios matices porque no existe un traje común. Algunos se abren a la posibilidad de permitir tiendas de campaña ... alrededor y otros se niegan en redondo, más por normativa que por falta de interés.
En el Principado, las instalaciones de La Terenosa y Enol continúan sin permitir instalar tiendas. En el Parque Nacional de Picos esa alternativa ni ha estado encima de la mesa. En otros refugios, como Fayacaba, en la zona centro oriental de Asturias, tampoco se permite por ser tierra de pastos. «La limitación de espacio interior y el hecho de que los servicios sean comunes está echando a la gente para atrás a la hora de venir a dormir», resume Ceferino Gutiérrez. Este fin de semana, con cuatro pernoctaciones registradas, «ha sido una excepción», añade el guarda de Fayacaba.
No es así en otros refugios, como el Jou de los Cabrones y Urriellu, más permisivos. «Estamos alquilando tiendas, con su esterilla, como una forma de ofrecer más plazas. Las plazas de interior están rebajadas a un tercio», comenta Sergio González. La media pensión, con cena, desayuno y pernocta (interior o exterior), cuesta 30 euros para los federados. Cinco más para los que no lo son. Las tiendas alquiladas pueden incluso permanecer montadas varios días, hasta un máximo de tres. Las particulares, en cambio, tienen que ser retiradas antes del amanecer.
«Nos han dado permiso para poder sacar hasta 64 plazas, pero acordamos no superar las 15 en tiendas biplaza. Queremos atender la posible demanda que nos vaya llegando, pero en su justa medida, sin perjudicar tampoco al entorno con una presencia masiva», añade González.
En Pirineos, el refugio de Góriz sigue estando en el top de la demanda para pernoctar. En esta instalación que se levanta en la cara sur del macizo del monte Perdido acampar alrededor del refugio no es una novedad. Lo llevan haciendo desde hace muchos años. «Lo que ahora estamos haciendo es controlar que no se nos vaya de las manos», comenta uno de sus responsables. En el Alto Arán, en La Restanca, las cosas son un poco más complicadas. Nada de tiendas alrededor y el aforo limitado al 50%. «En Catalunya, el tema de los refugios es más complicado porque dependiendo de su ubicación se aplica una normativa u otra, señalan en el Alto Arán, en Lleida.
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