«El alpinismo invernal supone un sufrimiento no solo físico, sino psicológico»
Simone Moro ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Simone Moro ·
Simone Moro es un italiano por los cuatro costados. Siempre educado y con la sonrisa en la boca, nunca pierde la elegancia ni una fina ironía que incluso logra transmitir en un más que aceptable castellano. A sus 53 años, aún transmite la pasión que siente por las montañas y solo lamenta «la falta de tiempo» para completar los 14 ochomiles en invierno, porque se marca un horizonte de «tres años» para dejar los ochomiles y dedicarse de pleno a su otra pasión, el pilotaje de helicópteros.
- A usted le gustan las expediciones pequeñas. ¿Cómo se siente con el grupo de Alex Txikon?
- Efectivamente es un equipo grande, pero lo es hasta el campo base. Luego, en la montaña, que es lo importante, seremos muy pocos, así que no hay problema. Además, el grupo es muy agradable y estoy disfrutando mucho.
- Después de que los polacos abandonasen el himalayismo invernal usted lo retomó en el siglo XXI. ¿Por qué? ¿Qué le atrae del himalayismo invernal?
- Cuando decidí que quería hacer himalayismo de manera profesional, busqué cosas nuevas, que no se hubiesen hecho aún en los ochomiles. Por supuesto me fijé en Reynold Messner, el gran referente del himalayismo de exploración y descubrí que lo único que no había logrado en los ochomiles, pese a haberlo intentado dos veces, era una cumbre en invierno. Y no era un problema solo de Messner. Desde que Krzysztof Wielicki ascendió el Lhotse el 31 de diciembre de 1988, nadie más había escalado un ochomil en invierno. Así que inmediatamente decidí que las invernales iban a ser el objetivo que me permitiría cumplir con mi deseo de hacer un himalayismo de exploración. Y además sería un proyecto largo porque entonces sólo se habían subido la mitad de los catorce ochomiles en esa época del año. Además era un experiencia que ya conocía y me gustó, porque la segunda expedición de mi vida, en 1983, fue al Aconcagua en invierno. Intentamos la cara sur, no pudimos y al final subimos por la normal, pero fue una experiencia que me gustó mucho y además comprobé que me desenvolvía muy bien en el frío.
- Creo que fueron los polacos los que definieron el himalayismo invernal como el arte del sufrimiento. ¿Está de acuerdo?
- Sí, sí. Por supuesto, aunque estos días no lo parezca con este clima primaveral que estamos teniendo. Pero estamos a 1.500 metros de altitud. Arriba todo cambiará. Hay que tener en cuenta que las probabilidades de hacer cumbre en un ochomil en invierno son del diez o el quince por ciento. Lo que significa que tienes un 85 o 90 por ciento de posibilidades de no subir. No es fácil tomar la decisión de dedicarte a una actividad en la que vas a lograr un porcentaje tan bajo de éxito. Pero definitivamente es el arte del sufrimiento porque cada acto que conlleva es muy complicado, dormir, subir, cambiarse los calcetines, limpiarse, esperar que llegue el buen tiempo… Todo esto supone un sufrimiento no solo físico, sino psicológico.
- ¿El Himalayismo invernal aporta algo más que sufrimiento?
- Desde luego. En todas las expediciones invernales que yo he hecho, con o sin cumbre, he vuelto a mi casa con el sentimiento de que he hecho algo explorativo, algo nuevo. Cuando te planteas un reto de este tipo, cada paso que das, cada cosa que haces es algo nuevo, con la incertidumbre que eso genera. Ese es el sabor, la riqueza del alpinismo que te propones.
- ¿Dónde se sitúa en el debate entre el invierno meteorológico y el astronómico?
- Esta es una polémica nueva, de estos últimos años. En los años ochenta y noventa, y aún menos antes, no existía. Y hablando de una cosa esta cosa se crea y si no hablas deja de existir. Si hablas de Covid cada día, el Covid es un gran problema. Si dejas de hablar de él, deja de ser un problema. Pues esto es lo que ha pasado con los ochomiles en invierno. El invierno siempre ha sido el astrónomico. Del 21 de diciembre al 21 de marzo. Y yo, además, siempre he hecho mis ascensiones en enero y febrero, así que entro en todas las opciones. Pero también tengo que decir que este debate que dice que marzo no es invierno me parece una falta de respeto para las expediciones polacas que hicieron cima en el Broad Peak y en el Gasherbrum 1 a principios de ese mes y en las que murieron alpinistas, alguno histórico del himalayismo invernal como Maciej Berbeka. Me parece una locura. Por otra parte, las reglas se cambian siempre antes de empezar el juego, no una vez comenzado. Pero yo soy muy abierto. Si todos piensan que hay que cambiar la regla y a partir de ahora el invierno es otro, yo estoy contento porque mi lista de objetivos aumenta al Broad Peak y el Gasherbrum 1. Y yo soy muy competitivo, así que estoy encantado. El mal no me lo hacen a mí, se lo hacen a la historia del alpinismo.
- Según su experiencia, ¿qué es lo más peligroso para un alpinista en invierno?
- El viento. El frío se puede manejar. El material ha mejorado y siempre te puedes poner una chaqueta más. Pero el viento no. El segundo problema es la nieve. Si te encuentras con seis metros de nieve, como me ha pasado las anteriores veces que he venido al Manaslu, no hay nada que hacer, porque el peligro de avalanchas, y más en el Manaslu, es demasiado grande. Pero sin duda el primer peligro es el viento.
- ¿Cuál es la parte más difícil de la ascensión al Manaslu?
- El principio, hasta el campo 3. Algunos lo ponen sobre la meseta que lleva a la cima, pero yo creo que nosotros no lo haremos, porque allí está muy expuesto al viento. Lo pondremos más resguardado y desde allí saldremos a la cima.
- ¿Y la más peligrosa?
- Entre el campo 1 y el campo 2. Hay que cruzar una zona de seracs desplomados muy propicio a las avalanchas y además también hay grietas. Ahí nos tendremos que mover muy rápidos.
- ¿Por qué quieres subir también el Pináculo Este?
- Porque me gusta mucho la idea de que un 'casi ochomil', el sietemil más alto del mundo, solo se haya subido una vez en la historia, hace 34 años. Y además subirlo no queda fuera de un recorrido lógico de ascensión al Manaslu. Todo el que ha subido el Manaslu lo ha mirado de reojo, porque además están muy cerca, a menos de un kilómetro de caminata el uno del otro.. Además no necesita ningún permiso especial. Todo esto demuestra que la gente es muy miope. Se fija en el Manaslu y olvida el Pináculo, que me parece tan atractivo. Pero no va a ser fácil. Primero está el abrir huella y luego el aspecto psicológico de mantener la motivación subirlo cuando acabas de subir un ochomil. El reto me parece apasionante.
- ¿Es una cumbre técnica?
- Bastante. Va a depender de cómo esté cargado de nieve. En un año tan seco como este puede ser más técnico que lo normal. Otra cosa que me motiva mucho es que sería la primera travesía invernal, no exactamente entre dos ochomiles, pero sí entre dos cimas.
- Le quedan pocos ochomiles por subir. ¿No le atrae terminarlos?
- No mucho, la verdad. La única forma que me atraería terminarlos sería hacerlos en invierno, pero me faltan bastantes. O hacerlos por nuevas rutas o vías no repetidas nunca. Por ejemplo, me atrae mucho la vía que los japoneses y el pakistaní Nazir Samir abrieron en la cara suroeste y que nunca ha sido repetida.
- ¿Cuál cree que es ochomil más difícil en invierno?
- La gente nunca habla del Kangchenjunga, pero creo que no hay que olvidarse de él. Es solo unos poco metros más bajo que el K2 pero es mucho más largo de subir. Tiene dos 'plateaus' que hay que cruzar… Además es el ochomil más oriental y está muy expuesto. Si tendría que hacer una lista pondría el Nanga Parbat, en el que han hecho falta una treintena de intento para lograr que se subiera, el K2 y el Kangchenjunga y el Everest, este por la altura fundamentalmente.
- Han pasado muchos años desde que su mujer soñó que moría en el K2 y renunció a él. ¿Cuál es su relación actual con el K2?
- He mantenido la promesa durante diez años, pero ya ha caducado. De todas formas, creo que este sueño me ha ayudado en mi carrera, porque en vez de centrarme en el K2 en este periodo he subido dos ochomiles en invierno. Pero los temores se han ido. Este invierno, mi miedo para no ir al K2 ha sido por toda la gente que se ha juntado allí.
- ¿Qué le parece lo que está pasando esta temporada en el K2?
- Es normal que la gente quiera entrar en la historia del himalayismo. Por eso ha ido tanta gente este invierno al K2. Pero también hay que explicar a la gente que por el mero hecho de subir a una montaña no se entra en la historia. Para escribirla hay que tener la experiencia y la capacidad para escribirla. Porque con cuerdas fijas, con oxígeno y con sherpas estoy casi seguro que este año se subirá, pero eso no significa que se haga historia. Y eso por no hablar del peligro que entraña tener tanta gente en una cuerda fija en una montaña en la que eso ya es un peligro en verano, como se ha visto otros años. De todas formas, espero que suban este invierno y así poder ir otros años en estilo ligero y sin oxígeno.
- ¿Cómo ve la dirección que ha tomado el himalayismo en los últimos tiempos, con montañas masificadas casi hasta en invierno?
- Ahora yo creo que las cosas están más claras que antes. La definición de la expedición comercial es muy evidente: sherpas, oxígeno y cuerdas fijas. Antes era más difusa. Uno no iba en una comercial pero usaba las cuerdas fijas… era una manera de hacer las cosas un poco más fáciles. Pero ahora Nirmal Purja ha hecho los catorce en 7 meses y ha demostrado que se puede hacer en esas condiciones. El alpinismo puro ahora está claro, quitando esos tres elementos. Creo que hoy en día para hacer alpinismo en los ochomiles hoy en día tienes que o evitar las rutas normales o buscar otra época del año. Porque hoy en día es casi imposible no encontrar una expedición comercial en una ruta normal a un ochomil en primavera u otoño, según el caso.
- ¿Queda algo nuevo por hacer en el mundo de los ochomiles o el futuro del alpinismo de vanguardia está en los sietemiles, como se está demostrando en los piolets de oro?
- Los piolets de Oro están promoviendo un tipo de alpinismo muy concreto. Lo novedoso que queda por hacer en los ochomiles es abrir una nueva ruta o hacer una primera repetición en alguna gran vía aún no repetida, y siempre en estilo ligero, como la ruta de Kukuzcka en el K2, que no se ha vuelto a hacer. Esa repetición es un piolet de oro. O una invernal en estilo alpino, algo que tampoco ha hecho nunca nadie. Y por supuesto los seismiles y sietemiles, porque son mucho más técnicos.
- En los últimos años, usted ha utilizado una cámara hipobárica para aclimatarse. ¿Lo ve como el futuro para acortar las expediciones y ganar en seguridad?
- La he usado esporádicamente, un par de veces por motivos científicos. Y no solo yo, lo han hecho muchos otros alpinistas. He recibido algunas críticas por ello y como te he dicho antes, yo no tengo problema. Si en las reglas de juego se dice que no se puede usar lo acepto y ya está. Pero esto me lleva a una reflexión: si calculamos el impacto medioambiental de realizar una expedición completa desde el principio qué es más sostenible, esa expedición completa o una más corta gracias a esa aclimatación en casa. Lanzo la idea para que la gente lo piense. Por cierto, hoy en día hay expediciones comerciales que incluyen en su precio el aclimatarse el casa con una cámara que te mandan ellos. Pero yo desde luego no lo considero como el usar oxígeno.
- ¿Si tuviera que elegir entre los ochomiles y los helicópteros, con qué se quedaría?
- Las montañas han sido el gran amor de mi vida y me han hecho vivir una vida íntegra, completa. Los helicópteros aparecen en mi vida en 2009, así que en ese aspecto creo que está bastante claro. Pero también es verda que yo ya tengo 53 años y no sé cuanto tiempo más voy a largar mi carrera en los ocgomiles. Pueden ser tres años más. Sin embargo, como piloto puedo seguir mucho más. Elegir entre una de las dos ahora sería difícil. Como entusiasmo quizás elegiría el helicóptero, porque veo que hay muchísimas cosas que hacer, como por ejemplo en el tema de los rescates. Así que te respondería que durante tres años sería la montaña pero luego los helicópteros.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.