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f. j. pérez | g. de las heras
Miércoles, 13 de mayo 2020, 11:45
Martín Zabaleta abrió el 14 de mayo de 1980 una huella hasta el techo del mundo que en las cuatro décadas siguientes han seguido 27 alpinistas vascos. Aunque son 28 ascensiones, ya que Juanito Oiarzabal -quién si no- suma dos cumbres.
Cada una de ellas ... encierra una historia, sobre todo para sus protagonistas, pero, siendo sinceros, su aportación a la historia del himalayismo es más bien escasa. Todas ellas se han logrado por las rutas normales de las vertientes nepalí y tibetana, salvo una. La primera de Juanito Oiarzabal (1993) llegó tras escalar el Pilar Sur del coloso himaláyico, una exigente vía abierta en 1980, apenas cinco días después de la cima de Zabaleta, por los polacos Jerzy Kukuzcka y Andrzej Czok.
La resaca de la cima de Zabaleta duró nada menos que 12 años. Hubo que esperar hasta 1992 para volver a ver a otros vascos en la cumbre del Sagarmatha. Concretamente a siete. Fue unos de los tres años 'virtuosos' del himalayismo vasco en el Everest: 1992, 1993 y 2001, en los que se acumulan 18 de las 29 cumbres.
Las siete cimas de 1992 llegaron en una misma expedición, aunque un tanto particular. Ms Hawley consiguió definirla perfectamente con el nombre que le dio. 'Tres grupos de amigos al Everest'. Y así era. Dos grupos de alpinistas navarros y otro guipuzcoano unieron permiso y recursos y se plantaron en septiembre en el CB (entonces la temporada postmonzónica estaba mucho más concurrida que en la actualidad). El día 25, a las tres de la tarde, Patxi Egillor y Patxi Fernández se convertían en los primeros navarros en hollar el techo del mundo.
Diez minutos después llegaban dos jóvenes hermanos, Félix y Alberto Iñurrategi, después de subir a pulmón libre. Se convertían así en las primeras ascensiones vascas sin la ayuda oxígeno artificial. De hecho, Alberto se convertía también en el más joven en hacerlo a sus 23 años, un hito mundial que aún mantiene entre los alpinistas no sherpas. Los cuatro vivían además una experiencia singular: fueron los únicos en la cima ese día. Algo, por desgracia, difícil de repetir a partir de entonces en una cumbre del Everest que en esos primeros años de la década de los 90 iniciaba su progresiva masificación.
Seis días después seguía sus pasos Josu Bereziartua, perfectamente aclimatado tras ascender el Cho Oyu diez días antes. Se plantó en el campo base (CB) el día 26 y holló el día 1. También disfrutó de otra jornada idílica: subió en solitario desde el Collado Sur, único tramo en el que usó oxígeno, y se plantó en la cima antes de las nueve de la mañana. La cima para él solo y el mundo a sus pies. El sueño de cualquier alpinista. Dos días después, la expedición redondeó el éxito con la ascensión de los navarros Pedro Tous, Mikel Reparaz y el catalán afincado en Pamplona Juan Tomás.
Al año siguente -1993- se produce una circunstancia cuando menos curiosa: dos expediciones alavesas anuncian el Everest como objetivo. Una, liderada por Josu Feijoo, lo iba a intentar en primavera; y la otra, con Juanito Oiarzabal al frente, en otoño. Hablar de una 'carrera' es sin duda excesivo, pero indudablemente, la presión fue recíproca para colocar al primer alavés en el techo del mundo.
La filosofía de cada una de ellas era también radicalmente distinta. La primera, que incluye alpinistas de otras provincias, lo intentará por la ruta normal de la vertiente nepalí y no escatima en oxígeno artificial. Busca asegurar la cima. Y la consigue con el añorado Alberto Zerain, que se convierte así en el primer alavés en el Everest. Le acompañaron aquel 16 de mayo José Ramón Agirre 'Marron' y Jose Mari Oñate. Por cierto, la expedición llevaba un sherpa de lujo, nada menos que Ang Rita, que lograba ese día su octava ascensión sin oxígeno, de las nueve que sumaría.
Tras el verano, la presión se traslada al grupo de Oiarzabal, que minimiza el uso de oxígeno y lo va a intentar por el exigente Pilar Sur en el postmonzón. El grupo se trabaja la ruta durante más de un mes. El 7 de octubre, Juanito y el sherpa Ongda Thsering parten desde el campo 4 (8.350 m.) y hollan a las doce y media. «Hice una ascensión muy incómoda pese al oxígeno. Creo que hubiera subido mejor sin él. Tuve problemas con el regulador y la máscara. Me ahogaba. ¡Un auténtico coñazo! Quizás, si hubiera arriesgado, habría llegado sin oxígeno y no se me hubiera quedado esa espina clavada», recordaría años después en su libro 'El Everest de Juanito Oiarzabal'.
Pero la tragedia se desata en el descenso. Un segundo equipo de cumbre formado por Atxo Apellaniz y Antonio Miranda abortan el ataque, el primero en el Escalón Hillary al quedarse sin oxígeno y el segundo en la Cima Sur al no verse con fuerzas. En el descenso, a 8.300 metros, poco antes de llegar a las cuerdas fijas, Miranda resbala y cae al vacío. La expedición pasa de la celebración al luto en cinco horas. Antonio se convierte en la segunda víctima vasca del Everest, después del navarro Juan José Navarro en 1985.
Tras la cima de Oiarzabal se abre un largo paréntesis de ocho años. Casi una década en la que, sin embargo, el alavés logra otro hito: completar los 14 ochomiles (Annapurna, 1999). Pero la espina en forma de oxígeno artificial sigue clavada. Le falta el Everest a pleno pulmón para lucir una hoja de servicios ochomilista inmaculada. Lo intenta en el 2000 con 'Al Filo', pero la recreación de la expedición de Hillary de 1924 con ropa de la época reduce al máximo las opciones de cima y no pasa del Segundo Escalón.
Vuelve al año siguiente, de nuevo con 'Al Filo'. Esta vez, el objetivo principal sí es que el alavés holle sin oxígeno artificial. El 23 de mayo, a las diez menos cuarto de la mañana, Oiarzabal lo consigue. Ya tiene Los Catorce sin oxígeno. Juan Vallejo lo había logrado media hora antes, en una de las ascensiones sin oxígeno más rápidas de la historia por la vertiente norte (C3-cima-ABC en 17 horas).
Pero la de 'Al Filo' no es la única expedición con vascos en el Everest ese año. Por la vertiente nepalí lo intentan otros dos grupos más. Aunque, todo hay que decirlo, son expediciones de fortuna, donde los alpinistas se unen para ahorrar costes bajo el paraguas de las agencias que facilitan toda la logística y los sherpas de acompañamiento. En la primera de ellas, Mikel Álvarez se convierte a las nueve y cuarto de la mañana del 23 de mayo en el primer vizcaíno en el techo del mundo. Le siguen poco después el navarro Patxi Goñi y el alavés Julen Reketa.
En la otra expedición, una joven (27 años) y todavía desconocida Edurne Pasaban consigue ese mismo día el sueño del Everest en su tercer intento. Fue su primer ochomil y sigue siendo la única vasca en lograrlo. En los nueve años siguientes llegarían los trece restantes... Iñaki Ochoa de Olza completaría la tacada vasca de ese 2001 el día 24 encuadrado como guía en una expedición canadiense.
En 2002, el alpinismo vasco sumaba otro pequeño hito, simbólico pero significativo. Robert Larrandaburu y Fred Lafitte hollan el 17 de mayo y se convierten en los primeros escaladores en el techo de mundo llegados de Iparralde, una región sin apenas tradición alpinística.
En esa primera década del siglo XXI, la mercantilización del Everest es ya irreversible. Hollar el techo del mundo por alguna de sus rutas habituales, con oxígeno suplementario y rodeado de sherpas y decenas de montañeros, es ya más un reto personal que alpinístico. En ese contexto, Euskadi suma siete cumbres más: Jon Goikoetxea (2004), Josu Feijoo (2006), Jordi Estanyol y Juanra Madariaga (2008), Víctor Izquierdo (2009), Pedro García (2010) y Unai Llantada (2011).
Al menos, el escalador encartado puede contar, en un hecho realmente excepcional, que el día de cumbre afronta en solitario el Escalón Hillary. El de Zalla, además, cierra por el momento la lista de vascos en el Everest. Casi una década ha pasado sin ver de nuevo la ikurrina en el techo del mundo, aunque con algunos intentos de relumbrón en este periodo, como el realizado sin oxígeno, ese mismo año, por Edurne Pasaban o los invernales de Alex Txikon. Pero esa es otra historia...
TABLA INTERACTIVA
Visualiza todos los vascos que han ascendido a la cima del Everest con esta tabla interactiva. Puedes seleccionar provincia de origen, ruta, fecha... o combinar varios criterios para saber, por ejemplo, si algún vizcaíno ha ascendido por la cara norte.
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