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«Estamos muy, muy cerca, con toda la ruta equipada y los campos de altura perfectamente abastecidos». Alex Txikon habla con la ilusión de un niño en la noche de Olentzero sobre el Manaslu y sus opciones de hacer cumbre en el que sería su segundo ochomil invernal. Nadie diría que hace apenas tres días tuvo que darse media vuelta estando más cerca que nunca de la cumbre por culpa del fuerte viento en un nuevo fallo de las previsiones meteorológicas.
Lejos de mostrarse abatido, el alpinista vizcaíno está más convencido que nunca de que la cima de la montaña de los espíritus está a su alcance. Y para demostrar que esa idea no es una secuela del mal de altura aporta los datos de su intenso trabajo de altura durante las dos últimas semanas. «Tenemos todo el material depositado arriba. En el campo 3, a siete mil metros, 1000 metros de cuerda, gas, comida, esterillas y tienda; en el campo 2, a seis mil seiscientos, tienda, gas, comida y esterillas. Y en el campo 1, a 5.750 metros, tiendas, comida y gas».
Así pues, todo está a punto para un nuevo ataque a cima. El problema es si podrán hacerlo. El permiso de expedición termina el 28 de febrero y el tiempo se agota. Apenas les quedan siete días. Por si fuera poco, los partes meteorológicos tampoco ayudan. Se han mostrado muy contradictorios en la fase decisiva de la expedición y se han convertido en el principal hándicap para los alpinistas.
Ante este contratiempo, Alex Txikon tampoco se muestra especialmente preocupado. «A ver si podemos hacer un nuevo ataque a cima antes del día 28. Estoy convencido de que las previsiones cambiarán. A finales de mes seguro que se abre una ventana de buen tiempo»,proclama. Y si no, el alpinista está dispuesto a pedir «una extensión del permiso» más allá de febrero. Lo que tiene claro es que no se va a quedar sin intentarlo. «Como tenemos la ruta y los campos, equipada y abastecidas, con dos días nos vale para el intento de cima», añade.
Esa posible extensión de la expedición más allá del 28 de febrero rompería la norma que mantiene el alpinista de Lemoa de circunscribirla a las fechas que van de 22 de diciembre a finales de mes, el periodo en el que coinciden las dos teorías existentes sobre lo que se considera temporada invernal: la meteorológica (diciembre, enero y febrero) y la astronómica (22 de diciembre-22 de marzo). «Desde luego, el objetivo es ese, pero tampoco vamos a renunciar a la cima porque nos metamos dos o tres días en el mes de marzo. Esos son debates de redes sociales. Y lo que está claro es que no me planteo hacer cumbre a mediados de marzo. Como digo, si finalmente entramos en marzo va a ser cuestión de unos pocos días», asegura.
Mientras tanto, el equipo recupera fuerzas en el campo base. Iñaki Álvarez ha decidido bajar a Samagaon, 1.400 metros por debajo del CB, para recargar el cuerpo de oxígeno, y Txikon asegura encontrarse más fuerte que nunca. «Físicamente estamos aun mejor que hace dos semanas. Llevamos mas de 20 días trabajados por encima del campo base y quince noches durmiendo en altura. Puede parecer mucho, pero al trabajar duro el cuerpo responde», concluye.
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