Alex Txikon vuelve al Manaslu (8.163 m). El alpinista vasco intentará saldar en los próximo meses la cuenta que le quedó pendiente el pasado invierno con el octavo ochomil del planeta. Ha partido este lunes hacia Katmandú, a donde llegarán el martes tras un ... viaje de veinte horas con escala en Doha (Catar).
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El intento frustrado de hace un año le trajo numerosas enseñanzas. Y la primera ya la ha aplicado. Ha viajado dos semanas antes a Nepal, para estar en el campo base el mismo 21 de diciembre, inicio oficial del invierno. «El año pasado fue nuestro primer invierno en el Manaslu y nos sirvió para conocer de primera mano la montaña, y ver que cuanto antes empecemos a trabajar más opciones tendremos. A medida que el invierno avanza las nevadas son más copiosas y eso complica mucho nuestra labor», ha explicado Txikon poco antes de la partida. Esa es al menos la teoría, ya que lo primero que se han encontrado este lunes en el papeleo del aeropuerto es el anuncio de que podrían tener que hacer una cuarentena de 10 días en Katmandú... Hasta que no lleguen hoy a la capital nepalí no se lo confirmarán.
El equipo de alpinistas también ha sufrido una baja importante, Sajid Sadpara, hijo del malogrado Ali Sadpara no estará en el Manaslu tras sufrir un brote psicótico hace un mes en el CB del Everest por el que tuvo que ser hospitalizado y del que aún sigue convaleciente. Sin duda, demasiadas emociones en tan poco tiempo para el joven alpinista paquistaní, que en menos de un año ha intentado el K2 invernal, en el cual falleció su padre y él sobrevivió milagrosamente y en verano localizó su cadáver.
De esta forma, la expedición estará integrada de nuevo por Txikon, Iñaki Álvarez y Simone Moro. Los alpinistas sherpas que les acompañaron el año pasado y habituales compañeros del de Lemoa en sus intentos invernales no van a está esta vez con él ya que han sido contratados por una expedición comercial que intentará también el Manaslu en los próximos meses. En este sentido, Txikon ha explicado que «el año pasado estuvimos solos en la montaña y este invierno sabemos habrá otra expedición que tratará de hacer cima y que está compuesta por belgas, polacos... Vamos dispuestos a tender la mano, a colaborar y a trabajar juntos».
Completan el equipo Eneko Garamendi, que lleva varios inviernos acompañando a Txikon en sus expediciones invernales y hombre de confianza de Alex en el campo base, y el fotógrafo Sendoa Elejalde, que ya viajó con el alpinista vizcaíno al Everest la pasada primavera 2021.
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La previsión es llegar al CB, que establecerán a unos 4.900, el día 21 de diciembre, y su objetivo, a priori, es una subida rápida por la vía clásica. «Todo dependerá de la nieve y las grietas. El año pasado trabajamos con nieve hasta la cintura y nos encontramos con una gran rimaya que no pudimos cruzar que nos obligó a abrir una nueva variante entre los campos 1 y 3. Una vez estemos allí y veamos la montaña con nuestros ojos podremos esbozar el plan a seguir».
Durante el mes y medio que se espera que se prolongue la estancia del equipo en el Campo Base, volverán a apostar por la sostenibilidad. Como ya viene siendo seña de identidad de las expediciones de Txikon, el equipo va a aprovechar la energía limpia e inagotable del sol para la generación de electricidad, evitando así el uso de generadores de energía (y combustibles), y tratando de buscar el menor impacto posible en el medioambiente. «En un campamento base se utilizan muchos dispositivos que necesitan energía: baterías, teléfonos, radios, ordenadores, estaciones meteorológicas, drones… pues bien, no vamos a emplear ni un litro de combustible» ha explicado Txikon.
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Concretamente, utilizarán dos instalaciones de placas solares proporcionadas por Fundación EKI, con quien Txikon lleva años colaborando. Una entidad que centra todos sus esfuerzos en suministrar fuentes de energía eléctrica autónoma (principalmente solar fotovoltaica) a centros educativos, de salud, y de interés social en países en vías de desarrollo. Una vez finalice la expedición, el objetivo es donar una de ellas a centro escolar de la zona a través de alguna ONG local.
«Queremos aportar nuestro granito de arena a la población local, que no cuentan, ni mucho menos, con las comodidades que nosotros tenemos. Y, por supuesto, cuidar el medioambiente. Con estas acciones que desarrollamos en la expedición queremos visibilizar la viabilidad de utilizar energías renovables sea el entorno que sea» ha asegurado Txikon.
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Asimismo, parte del cargo que el equipo envió hace un par de semanas y del que hoy porta es material médico que entregarán a entidades locales a través de SOS Himalaya, con quien Txikon lleva años colaborando.
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