Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La escena es casi idéntica. Decenas de montañeros intentando hollar una montaña cubierta de nieve. Si hace tres años los alpinistas ponían el grito en el cielo por la «procesión» de personas al monte Everest, la escena se ha repetido, pero esta vez en el ... K-2.
En la imagen se puede observar una cola de montañeros intentando hacer a la cima situada a 8.611 metros de altura. Ni más ni menos que 150 alpinistas alcanzaron el pico en un solo día. Un dato relevante si se compara con que hasta 2004 solo 246 personas habían podido hollar el K-2.
La afición por la montaña no es nueva. Pero ahora son numerosas las personas que buscan retos, y si son más espectaculares, mejor. Y no importa la peligrosidad que ello conlleva, ya que los últimos metros del K-2 deben realizarse en forma de escalada, por su terreno empinado con hielo y roca.
Varios alpinistas han denunciado esta situación. Además, se producen líos a la hora de encontrar una plaza en los campos base 1 y 2.
De momento se han registrado de forma extraoficial tres accidentes mortales, ninguno de ellos en la zona del cuello de botella, la parte final de la ascensión. Si ya de por sí está considerado este tramo final como un punto complicado para montañeros y alpinistas expertos, el drama se puede cernir en esta nueva fiebre por alcanzar los 8.611 metros del K-2.
No es de extrañar que varios alpinistas hayan denunciado conflictos por garantizarse una plaza en los campos 1 y 2, como si fuera una pelea en un córner en la final de la Champions, y turnos para usar las tiendas in situ durante la fase de aclimatación. No caben todos, sencillamente, porque el terreno es demasiado abrupto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.