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En enero de 2023 la paciencia fue clave para que Alex Txikon lograse hollar el Manaslu sumando el segundo 'ochomil' invernal a su palmarés. Y el lemoarra tiene claro que la estrategia a seguir en su intento por lograr estos días en el Annapurna la ... tercera muesca en su piolet invernal debe ser similar. Calma y, sobre todo, cabeza fría en la toma de decisiones de cara a estar preparado cuando todo cuadre realmente. Las prisas no son buenas consejeras.
El pasado 30 de diciembre, la expedición del alpinista vizcaíno iniciaba la segunda rotación en altura con un ataque «quizás demasiado ambicioso», como reconoció este martes el propio Txikon. Lo cierto es que las previsiones alentaban a ello. Se preveía una ventana de buen tiempo que, en principio, iba a prolongarse hasta el 5 de enero y se plantearon alcanzar el Campo 4, sin descartar incluso asaltar la cumbre en el mejor de los casos.
Sin embargo, al llegar al Campo 3 -6.400 metros- se toparon con unas condiciones bien distintas a las que esperaban y decidieron dar marcha atrás «por seguridad». Las rachas de viento soplaban por encima de los 100 kilómetros por hora a ocho mil metros de altura. «Decidimos abortar para seguir viviendo un día más», aseguró el himalayista lemoarra en el campo base, donde descansa junto al resto del grupo.
La decisión de descender supuso, «evidentemente, un palo psicológico porque la gente se ve muy arriba», señaló. Sin embargo, a tenor de lo que han podido constatar los expedicionarios en las horas posteriores a la bajada fue un acierto.
«Nuestro éxito, sinceramente, ha sido saber manejar la presión y saber cuándo dar la vuelta, sobre todo, cuando las cosas no pintan favorables para un posible ataque a cumbre. Y, como lo hemos corroborado durante el día de hoy -por el martes-, hubiéramos tenido un serio problema ahí arriba, ya que ha habido unas rachas muy fuertes de viento en cotas altas», detalló Txikon, que está acompañado de Mattia Conte y los sherpas Tashi, Chhepal, Passan Nurbu, Mig Temba, Pemba Lakpa, Ang Gyalu y Magkpa.
El trabajo realizado «fue muy duro, pero me atrevo a decir que hemos hecho una rotación en altura -segunda- óptima, llegando y depositando todo el material necesario en el Campo 3 como tiendas, cuerdas, etc», reflexionó el alpinista vasco. La jornada de en el Campo Base, donde el grupo llegó bastante fatigado por la labor realizada fue de reflexión.
De hecho, el grupo ha superado ya ese primer golpe anímico de no haber podido atacar la cumbre y se centra en recuperarse para estar dispuesto a acometer la tercera rotación en altura. Está siguiendo atentamente las previsiones meteorológicas para, cuando la montaña y el tiempo lo permitan, buscar el que esperan sea el ataque definitivo a la cima del Annapurna.
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