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Mikel Madinabeitia
Lunes, 15 de enero 2024
«La temperatura ha bajado hasta los -12 grados en el último temporal y ya llevo once días sin ver a nadie. Hay que saber llevar bien la soledad, porque si no...». Son palabras de Mikel Lorente, que habla desde el otro lado del teléfono ... a más de 2.400 metros de altitud. Es uno de los tres socios del refugio Cap de Llauset, en el Pirineo aragonés, no muy lejos del pico Aneto y la localidad de Benasque, muy frecuentados por los vascos amantes de la naturaleza. Nacido en Bilbao en 1986, es uno de los tres guardas del establecimiento por donde pasan muchos montañeros en verano y también esquiadores en invierno. Aunque el fuerte temporal de esta semana, el más severo de lo que llevamos de temporada con nevadas generalizadas, ha provocado que nadie suba a las alturas. Sus únicos compañeros estos días son los «zorros, la perdiz nival y algún armiño». También la escarcha, las tormentas y el aullido del viento.
Lorente y sus dos compañeros, un chico murciano y otro checo, tienen una organización muy específica para trabajar en el refugio desde octubre a junio. Realizan turnos de 15-20 días en solitario: «Yo subí el 29 de diciembre y me relevarán este lunes, 15 de enero. Estoy en el final de esta racha y la verdad es que ya pesan los días... Así funcionamos en esta época, porque en verano la afluencia de visitantes aumenta y entonces estamos los tres juntos y contratamos más gente para cocinar».
El primer gran temporal del invierno le ha sorprendido allí arriba, con temperaturas que se han desplomado hasta los -12 grados. «No es la mínima que hemos tenido, porque el año pasado tuvimos -16 grados y hace dos, -18 en pleno mes de abril. Pero lo peor no es eso. Es más duro el frío persistente, cuando la máxima no pasa de los -8 grados. Además, últimamente tenemos muchos patrones de norte con fuerte ventisca», describe.
Localización del refugio Cap de Llauset
Vielha
Zona ampliada
Benasque
Pico
Aneto
(3.404 M)
REFUGIO CAP
DE LLAUSET
Embalse de
Llauset
1 km
Localización del refugio Cap de Llauset
Vielha
Zona ampliada
Benasque
Pico
Aneto
(3.404 M)
Pico
Vallibierna
(3.067 M)
REFUGIO CAP
DE LLAUSET
Embalse de
Llauset
1 km
Localización del refugio Cap de Llauset
Vielha
Zona ampliada
Benasque
Pico
Aneto
(3.404 M)
Pico
Vallibierna
(3.067 M)
REFUGIO CAP
DE LLAUSET
Embalse de
Llauset
1 km
De hecho, esta ventisquera es la causante de que no haya mucha nieve acumulada. El espesor es ahora de apenas «30 centímetros, cuando llegué a registrar un metro», según las mediciones de esta semana. Una tarea rutinaria que realiza un par de veces al día (a las 9 y a las 14 horas) y que envía a Aemet desde la estación meteorológica situada en las cercanías del refugio, cuyo aforo es de 86 plazas. ¿Pero cómo llena el día sin aburrirse, ahora que no tiene clientes a los que atender? ¿A qué dedica el tiempo en ese entorno hostil, con paisajes de blanco inmenso y frío extremo? ¿Por qué seguir allí sin nadie alrededor a muchos kilómetros a la redonda? Porque la vida continúa.
Lorente contesta que le gusta tener un orden en sus horarios para sobrellevar la dureza del clima: «Me levanto sobre las siete de la mañana y me acuesto pronto, antes de las nueve de la noche. Cuando no hay clientes, dedicamos el tiempo a las tareas de mantenimiento del refugio. Hoy he ordenado el botiquín, arreglado bisagras y hecho un inventario». Tecnológicamente, los tiempos han cambiado para mejor y gracias a la conexión a internet vía satélite puede comunicarse con su familia. «También tengo libros, dos ordenadores, un Ipad y un disco duro con muchas películas», añade. Televisión, eso sí, no hay. En la alta montaña no se suele echar de menos. Sus códigos son diferentes. Manda la supervivencia.
Lo que sí lamenta no tener a su disposición es la «fruta y la verdura». Aunque tiene comida de sobra. Por no hablar de esos desayunos potentes: «Mira, a veces me hago lomos de bacalao para empezar el día. Y los huevos fritos no suelen fallar...», dice entre risas. Lo habitual, eso sí, es hacer lentejas en una olla grande que le dura para cinco o seis días. No tiene mucha variedad, pero de cantidad anda bien, sobre todo de carne y de legumbres.
Mikel confiesa que «hay que trabajar la separación» con su mujer y su hijo, de 10 años. Ellos viven en el valle y todos están ya acostumbrados en cierta manera a la distancia, aunque obviamente no es fácil. La última vez que estuvieron juntos fue en Nochevieja, que la celebraron en el refugio junto a otras 70 personas. «Últimamente se está poniendo de moda entrar en el nuevo año haciendo planes en la montaña», afirma. El guarda bilbaíno lleva este modo de vida desde 2007, cuando conoció los secretos de este oficio para que el hay que valer en el refugio catalán de Colomers. Allí permaneció diez años y luego se desplazó hasta Llauset, el que está a mayor altitud de este lado de la cordillera pirenaica (hay uno en la vertiente francesa a más de 2.600 metros).
En este recóndito rincón ha superado ya unos cuantos inviernos y también una pandemia: «Entonces también estuvimos muchos días sin ver a nadie...», rememora. Sin llegar a los extremos de la 'Sociedad de la nieve', la película de Bayona actualmente en cartelera que recrea el accidente sufrido en los Andes por un equipo uruguayo de rugby, Mikel Lorente también es un profundo conocedor de la vida en la alta montaña. Allí está ahora, a 2.425 metros. Solo. Día tras día. Y ya van 17. Allí permanece en pleno temporal del crudo invierno. Con el color blanco monopolizando el paisaje. Donde el viento muerde y no se oye a nadie. En la soledad de la nieve.
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