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La montaña sería maravillosa si no fuese porque, a menudo, hay que calzarse unas botas. Para muchos, resulta tan complicado dar con un par de botas eficaz que estos usuarios sufridores se han convertido en expertos rastreadores de su Santo Grial. Acuden a las tiendas, ... sostienen las botas, se las prueban, acuden a los chats de internet, a las páginas de los fabricantes y guardan en documentos de Excel todas las características pertinentes de los modelos escogidos en el mercado. Solo falta tomar la decisión definitiva, enorme quebradero de cabeza. Efectivamente, tiene mucho de milagroso dar con una bota cuya horma se adapte a su pie, la talla sea la precisa (ni más, ni menos), la comodidad venga de serie, la suela agarre lo que promete, el tobillo viaje protegido, la membrana sea transpirable y el pie no se cale cuando llueve, que sea sostenible, que no pese… ¡bufff!. A nadie le extraña que para la montaña de 'andar por casa' triunfe la zapatilla. Con todo, los senderistas exigentes, los trekkers y los aficionados a la montaña pueden haber encontrado en la firma sueca Haglöfs lo que llevaban años buscando. La firma, pionera en el ejercicio de producir material de montaña sostenible (cierra sus tiendas el día del Black friday vende por internet para donar todo lo recaudado), acaba de lanzar un modelo de bota de senderismo (no para la nieve) ciertamente bien pensado, versátil, sostenible, ligero y cómodo. La calidad de sus materiales garantizan su durabilidad, una de las apuestas estrellas de la casa: crear productos de montaña que duren en el tiempo y detengan la cadena de consumismo por obsolescencia programada en la que llevamos años inmersos. Por citar uno de estos estándares de calidad, el cuero de éste calzado procede de una curtiduría auditada por la Leather Working Group.
Quizás, lo que más llama la atención en un primer momento es la polivalencia que ofrece éste calzado. Pensado para poder caminar por las montañas pero también por la ciudad, o a diario, ofrece dos mediasuelas intercambiables (o plantillas). La primera, de color anaranjado, más liviana y maleable, está ideada para paseos por terreno amable, mientras que la de color verde oliva, más densa, ofrece una mayor protección en terreno pedregoso, trepadas y es ideal para largas jornadas de montaña. Las plantillas están fabricadas a base de algas, lo que permite a la firma ahorrar agua dulce y emisiones de CO2.
Saliendo al paso del uso reciente de los contaminantes fluorocarburos (ayudan a repeler el agua o la suciedad), Haglöfs ha desterrado estas sustancias químicas de su colección. Las superficies con tratamiento ya no llevan fluorocarburos y tanto los cordones de las botas como su cincha trasera proceden de poliéster reciclado.
En la línea con el deseo de garantizar la máxima durabilidad del calzado, su suela puede cambiarse y su cuero de alta calidad previene la erosión del mismo.
Sobre el terreno, sorprende su perfecta adaptación al pie y la sensación es más de zapatilla riobusta que de bota clásica. También destaca la ligereza del calzado (395 gramos en la talla 42) y la estabilidad que ofrece su pisada. Como mandan los cánones del senderista, la suela es de color totalmente negro (la moda de las suelas coloreadas no parece demasiado eficaz) y ésta ofrece muy buenas prestaciones en todo tipo de terrenos. Su aislamiento en el ya clásico Gore-tex ha sido sometido a una prueba de flexibilidad impermeable de 200000 pasos. Con el paso del tiempo, la mejor solución ara garantizar la impermeabilidad es recurrir a impermeabilizantes… a ser posible respetuosos con el medio ambiente.
Falta el precio… que asciende a 260 euros. Si duran lo que promete el fabricante, será una gran inversión.
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