Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Melissa Le Nevé, francesa de 30 años, ha invertido seis años de su vida en escalar uno de los iconos de la escalada deportiva, la primera vía de noveno grado (9 a) escalada por el ser humano: 'Acción Directa'. Su periplo ha resultado «une histoire ... d´amour», una historia de amor verdadero que le ha llevado a lograr el primer encadenamiento femenino de una vía cuya reputación asustó durante décadas a los mejores escaladores masculinos. El pasado 21 de mayo, el instagram de la escaladora gala soltó la noticia, que incendió las redes. Primero, Le Nevé, reconoció la inspiración destilada por el ejemplo de Wolfgang Gullich, el prodigio alemán que sacudió los límites de la escalada a finales de los 80 y principios de los 90 hasta cotas impensables. Después describió las emociones encontradas al lograr su objetivo, el final de un camino, la satisfacción hasta dar con «todo lo que siempre he perseguido en el mundo de la escalada». 'Acción Directa', ubicada en el Frankenjura alemán es una vía de apenas 12 metros de alto, un bombo extraplomado que exige en sus primeros pasos un movimiento dinámico para alcanzar un agarre en el que a duras penas caben dos falanges de una mano.
No es la primera vez que una escaladora alcanza el noveno grado, pero sí la primera en imitar a los hombres en un escenario tan intimidante, físico y explosivo, una tortura para las poleas y tendones de los dedos. La escaladora guipuzcoana Josune Bereziartu fue la primera mujer en alcanzar el noveno grado, colocándose a la altura de los mejores escaladores. Fue en 2002 y, prueba del nivel estratosférico que evidenciaba la escaladora vasca, hubo que esperar ocho años hasta ver a otra mujer colarse en el noveno grado: Charlote Durif.
'Acción Directa' es la vía que catapultó la carrera del escalador de Vitoria Iker Pou. Si Gullich encadenó la ruta en 1991, su muerte en accidente de coche un año después silenció cualquier intento de imitarle. Hubo que aguardar hasta 1995 para ver al también alemán Alex Adler subirse al carro del éxito, y otros cinco años hasta que Iker Pou firmó la segunda repetición. El alavés invirtió dos años en su proyecto y pasó incontables horas mejorando la fuerza de sus dedos en el campus, método de entrenamiento ideado por el propio Gullich. Desde entonces, los encadenamientos de la ruta se han dado con cuentagotas: antes de la llegada de Le Nevé, 26 escaladores se habían apuntado el éxito y a nadie le extraña la extraordinaria acogida que ha tenido la noticia de la primera ascensión femenina. Además, la escaladora francesa ya se había apuntado la primera femenina de la ruta 'Wallstreet', el primer 8 c de la historia encadenado en 1987 por… Wolfgang Gullich.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.