El milagro chino se cocina en Bilbao

El gigante oriental, sin tradición de escalada, tendrá dos representantes en los Juegos de 2020 gracias al trabajo de Gianni Foggiana, técnico afincado en la capital vizcaína, donde entrena a sus pupilos

Miércoles, 4 de marzo 2020, 17:47

Piu Gaz es un rocódromo levantado en una nave industrial de Zorrozaurre, un antiguo almacén de madera, el lugar donde se ha gestado algo parecido a un milagro: prácticamente de la nada, el dueño del lugar, el italiano Gianni Foggiana, ha logrado ... hacer realidad el sueño olímpico de China, un país tan vasto como discreto en asuntos de escalada. Contratado como apuesta a todo o nada, el italiano ha trabajado estos últimos meses contra el cronómetro para que la superpotencia asiática no se quedase sin representantes en el estreno olímpico de la escalada. Para lograrlo, ha convertido el rocódromo en un plató de esfuerzo y convivencia, un gran hermano donde se posturea poco y se trabaja de sol a sol.

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Gianni y su socio dirigían un rocódromo en Florencia, pero al nacer su primera hija, su mujer quiso regresar a Bizkaia, donde desembarcaron en 2014 para alquilar la nave en diciembre. Lo inauguraron en mayo de 2015. «Durante año y medio viví entre Bilbao e Italia. El Piu Gaz ha dado un salto muy grande este año en cuanto a abonados porque se ha instalado en España la tendencia que llegó a Europa hace 4 o 5 años, y es que la escalada está derivando también hacia un deporte indoor y es más un ejercicio de fitness, un fin en sí mismo. También sigue siendo una herramienta muy buena para los alpinistas que escalan o los escaladores de roca, pero las cosas están cambiando», observa Gianni.

Con su título de entrenador nacional, la Federación Española de Montaña y Escalada lo puso a trabajar con los juveniles hasta que llegó la llamada de China. «No pude rechazar la oferta porque el rocódromo tiene muchos gastos y me ofrecieron un buen sueldo que me ayuda a tapar agujeros, pero esto no es fútbol, no me voy a hacer rico», advierte.

De entrada, constató que los aspirantes estaban «muy verdes, pero no en todos los aspectos. En las competiciones los escaladores se miden en tres disciplinas: velocidad, búlder y dificultad. China era una gran potencia en velocidad como Francia o Rusia, pero en cuerda y búlder el nivel era muy muy bajo. Han invertido mucho tiempo y dinero en crear un proyecto de tecnificación», recuerda.

En noviembre de 2019, los seis escaladores y escaladoras seleccionados por China aterrizaron la capital vizcaína. «El problema de China era que no tenían infraestructuras adecuadas, equipador o entrenador adecuado. De ahí que la única manera de hacer algo serio fuese en Bilbao. Los chinos han residido dentro del rocódromo, en una habitaciones habilitadas al efecto a la carrera. También viajan conmigo a Italia para ciertas fases del entrenamiento. Así que de la nada creamos un centro de tecnificación donde pueden comer a las horas requeridas y no perder ni un segundo en desplazarse para entrenar. El mejor equipador chino también me ha ayudado mucho y para las arduas gestiones burocráticas, nos acompaña un responsable político».

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El trabajo, enorme, ha dado unos frutos inimaginables: Yu Fei Pang y Yiling Song, chico y chica, se han clasificado. Los orientales, asegura Gianni, son unos privilegiados desde el punto de vista genético para escalar, «pero la que más posibilidades tenía era una chica de 16 años, Long Cao, que se rompió tres dedos en velocidad en la clasificatoria final de Toulouse y siguió compitiendo sin decir nada a nadie. No puedo imaginar su dolor horrible. Tiene una opción de billete en los Juegos Asiaticos, pero no sé si llegaremos a tiempo…», lamenta.

El choque cultural

Uno de los grandes escollos a los que tuvo que medirse el técnico italiano fue la disparidad cultural respecto al gigante asiático: «es como aterrizar en Marte y es muy difícil ganarse la confianza de los chinos, me ha costado muchos meses. También hay que reconocer que ellos han hecho un sacrificio enorme porque lo han dejado todo por este sueño. La clave para clasificar a dos escaladores ha sido la confianza y la posibilidad de trabajar a diario, el trabajo ha sido muy personalizado, a demanda, casi las 24 horas al día. La gente no se imagina lo difícil que es llegar a unos Juegos: ahora están clasificados 14 hombres y 14 mujeres de todo el planeta y de estos 3 hombres y 3 mujeres son especialistas de velocidad, que es como si fuese otro deporte, así que entre búlder y cuerda están dentro 11 y 11. La competencia es feroz», analiza.

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De la mano de los Juegos de Tokio, se intuye una revolución en el mundillo de la escalada: «la repercusión de los Juegos va a ser enorme, y espero que esto se traduzca en inversiones por parte del Gobierno porque hacen falta técnicos e instalaciones. El deporte de la escalada va a crecer más económicamente en 20 minutos de televisión que en toda la historia de este deporte», confía.

Esta explosión de la escalada en resina, contrasta enormemente con la tradición «Yo vengo de la roca, amo la naturaleza pero soy un viejo dinosaurio. Para mi la escalada en roca es algo mágico y que no se debe perder pero la escalada indoor, en rocódromo, gusta a los que quieren hacer un deporte diferente, divertido, algo que puedo hacer rápida y cómodamente, como si fuese a hacer spinning. Destacaría lo divertido que es», y viendo su lista de abonados, razón no parece faltarle.

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