«Un barranco puede convertirse en una ratonera»

Las severas leyes de la montaña también se aplican a los barrancos. «Normalmente, los clientes de montaña saben con bastante precisión dónde se meten y qué buscan de un guía, pero el cliente de barrancos es diferente, en términos generales, porque busca un divertimento estival, algo lúdico. Por estas razones, donde más accidentes he visto ha sido en los barrancos: el firme resbala, hay saltos, sifones, trampas invisibles…», analiza Padrós.

Aunque desconoce las características del barranco suizo donde se ha registrado la tragedia, señala que la información previa antes de acceder a un barranco es crucial para anticiparse a los peligros: «Igual que es posible salir en invierno a la montaña con un riesgo alto de aludes, siempre que conozcamos la zona y esquiemos lejos de las pendientes expuestas, uno puede meterse en un barranco lloviendo siempre que conozca la orografía del lugar y todos los datos pertinentes que garanticen nuestra seguridad. En cambio, hay barrancos que son trampas mortales a poco que llueva y que no hay que recorrer cuando existe una previsión de tormenta. Como siempre, el conocimiento y la información evitan muchas situaciones de peligro en el medio natural», resume.