Adam Ondra enseña los dientes a Alex Megos

Por eso hay 5.000 personas asistiendo en vivo al evento, debidamente atentas a los códigos post covid. Por eso hay casi un 40 % de peticiones para ofrecer la competición en directo por televisión en todo el planeta, algo que nunca había ocurrido con anterioridad para éste deporte. Por eso todos lanzan un grito de asombro cuando Megos duda, pierde un pie, queda colgado de una mano y cae de una manera que parecía evitable. Ni siquiera tendrá un sitio en el podio, que dominará Adam Ondra.

El checo vive centrado en descolgar el oro en los Juegos de 2021 y parece en el camino correcto: no cometió un error ni el viernes ni el sábado y fue el único de los ocho finalistas en alcanzar el final de la vía, con unos movimientos finales terribles. Su actuación, comparada con la de Ondra, sitúa a ambos escaladores en peldaños diferentes, aunque falte mucho para la cita olímpica. Esto mismo barrunta Alberto Ginés, muy lejos de la forma que exhibió para clasificarse para los Juegos. El extremeño erró por completo en las semifinales y quedó lejos del pase a la final.

La final femenina concedió a la italiana Laura Rogora el primer podio absoluto de su incipiente carrera. A sus 19 años, se acaba de adjudicar el segundo 9 b femenino de la historia y su estado de forma es tan insultante que relegó con facilidad a la segunda, la eslovena Janja Garnbret. No parece que ninguna ciudad acepte de momento organizar otra manga de la Copa del Mundo, lo que mutila una disciplina necesitada de visibilidad y capaz de arrastrar a numerosos seguidores.