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Los sorteos de la Lotería de Navidad están cargados de anécdotas. Las suelen protagonizar los niños de San Ildelfonso, quienes esperan con ilusión esta cita tan importante. ¿Quién será el que cante el Gordo? El que lo haga captará la atención de todos los medios de comunicación. ¿Y si comenten un error? Pues también, pero nada comparado con lo que ocurrió en 1987.
En aquella época existían las pesetas, una moneda que muchos de los lectores quizá no hayan utilizado nunca. Ese 22 de diciembre, minutos antes de las once de la mañana, se detuvo el sorteo cuando una niña del colegio San Ildelfonso dijo por error los millones correspondientes a una bola. «¿Qué has cantado aquí, niña?», le gritó entonces Felipe Cantón, encargado de bolas del Servicio Nacional de Lotería. En ese momento de incertidumbre, periodistas y fotógrafos se acercaron a la carrera hacia ellos.
En la mesa donde se depositaban las bolas se formó un gran revuelo. Querían saber qué había pasado. La reportera de Televisión Española que narraba el sorteo trataba de explicar lo que ocurría. «Le está mirando con unos ojos… Está regañando a la niña y va a la mesa. Es don Felipe quien ha recriminado a la niña», dijo la periodista. «Dice la niña que no sabe qué premio es», apunta.
La niña que protagonizó ese momento fue Gemma Llorente, que entonces tenía 13 años. Con lágrimas en los ojos y entre sollozos, la pequeña «echó la culpa a los fogonazos de los fotógrafos y la televisión», como se publicó en EL CORREO al día siguiente.
«Gema Llorente atribuyó un premio de 125.000 pesetas al número -uno más, según creía ella 20.064. Felipe Cantón, que revisaba su labor, advirtió el error: la bola llevaba impreso el premio de 250 millones y no era una pedrea, sino el gordo», se podía leer en las páginas de este periódico el día 23 de diciembre.
De hecho, un año antes, otra alumna del colegio San Ildefonso cantó un premio muy inferior en lugar del primero.
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