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Walter Lerch
Martes, 30 de abril 2024, 13:16
Stansol Energy es una empresa consciente de lo que nos rodea y de los pasos que tenemos que dar para dejar un mundo mejor a las próximas generaciones. Dedicada al diseño, suministro e instalación de plantas fotovoltaicas, se fundó hace ya 7 años y desde entonces, con Zuriñe Abarrategui como cofundadora, y con Fermín Ollora, con quien hablamos, como cofundador y director general, ha encontrado cuál es su camino a seguir.
- ¿Cómo funciona Stansol?
Somos una empresa con una evolución constante, desde el origen hasta lo que somos ahora. A día de hoy nos dedicamos al diseño, suministro e instalación de plantas fotovoltaicas, principalmente generación distribuida. Además, siempre funcionamos como un reloj suizo, es decir, somos tremendamente exigentes en cuanto a los aspectos de ingeniería. En ese sentido, adecuamos cada proyecto a los condicionantes del entorno y a las necesidades que requiere cada instalación, y lo hacemos con una ingeniería que, sin duda, podemos considerarla líder en el mercado. Esto nos permite desarrollar los proyectos de forma idónea en términos cualitativos y de competitividad.
- Stansol nace en 2017, desde entonces, ¿cómo ha progresado?
La evolución ha sido muy notable, ya que nacimos en un momento en el que la fotovoltaica estaba parada a nivel nacional. En primer lugar, nos enfrentamos a esos primeros tres años críticos que cualquier nueva empresa tiene que superar y que el 95% de ellas no lo logran. Nosotros lo pudimos resolver porque nos adecuamos a un plan de negocio que ya preveía ciertas dificultades. Luego hubo una serie de hechos que nadie esperaba, la pandemia u otros aspectos como la guerra de las materias primas y el encarecimiento logístico en los intercambios comerciales internacionales. Ante esto tomamos medidas rápidas para paliar las consecuencias sobre la empresa. Tres meses antes de la pandemia, intuimos que algo iba a pasar y anticipamos la compra de material, decisión muy importante para sortear la subida de precios del acero que preveíamos se iba a producir. Por otro lado, en aquel momento, cerramos un par de proyectos estratégicos que nos alimentaron muy bien durante los meses más críticos de la Covid. A día de hoy, trabajamos con proyectos de diferente índole y tamaños, el concepto de la compañía ha cambiado y las perspectivas nos enfocan hacia un crecimiento notable.
- ¿En qué sentido?
En este tiempo ha habido aspectos que han evolucionado. Algunos han sido meramente operativos en el crecimiento natural de la propia empresa y en su desarrollo e integración en el sector fotovoltaico y otros han sido coyunturales que estaban fuera de nuestro control, y que en algunos casos no han facilitado del todo este avance. Actualmente estamos haciendo grandes instalaciones fotovoltaicas, muchas con estructuras fijas, cada vez más con sistema de 'tracker', instalaciones solares flotantes y marquesinas fotovoltaicas. Éste es un concepto al que nos vamos a ir acostumbrando, ya que se va a ir viendo más en el día a día. Por otro lado, también nos anticipamos a algo que va a llegar más pronto que tarde, como son las instalaciones agrivoltaica.
- Durante estos años, ¿qué destacaría en especial?
Ponemos en valor al equipo humano que compone Stansol, que son grandes profesionales y personas, a nuestros clientes y proveedores y al acompañamiento de entidades financieras con las que trabajamos. Entre ellas, contamos con el acompañamiento de BBVA, con su apoyo financiero podemos potenciar la escalada en la que estamos inmersos.
- ¿Cuáles son los proyectos más importantes que han llevado a cabo en este tiempo?
Por justicia a todos los clientes y a todos los proyectos que hemos desarrollado, todos son igual de importantes para nosotros. Desde Stansol tratamos con el mismo mimo a un proyecto pequeño, mediano o grande. Sí que es cierto que hay proyectos que por sus singularidades nos enriquecen como empresa ya que son retos a los que nos enfrentamos y resolvemos. Yo destacaría la planta solar más alta construida en Europa a 2.200 metros de altura, la hicimos hace dos años y resulto un absoluto éxito. Otro reto que nos lanzaron hace cuatro años fue la primera planta fotovoltaica flotante del mundo con paneles bifaciales colocados a 90 grados que desarrollamos, suministramos e instalamos. No somos una empresa de catálogo, nosotros cogemos y buscamos la solución para cada proyecto en particular y la adecuamos a lo que mejor responda a los condicionantes que requiere el cliente.
- ¿Cómo eligen los proyectos?
Ha cambiado mucho, evidentemente, porque los dos primeros años estábamos desarrollando las diferentes tecnologías y entrando en el mercado, mientras que a día de hoy nos hace muy felices ver la cantidad de empresas que cuentan con nosotros. Es cierto que evaluamos y caracterizamos proyectos por su tamaño, pero aunque sea pequeño, si es singular y difícil vamos a por él, porque sabemos que eso nos recuerda lo bien que hacemos las cosas. En cuanto a retos que van ligados a la innovación siempre estamos inmersos en ellos. Además, los buenos clientes pueden venir con unos proyectos de 20 megavatios y luego pedir un favor de medio megavatio y por supuesto que aceptamos, porque además de empresa, somos personas y lo que tratamos siempre es que la sinapsis persona a persona sea la clave de todo.
- ¿Éste es un sector que aún debe crecer y explotar?
El sector está creciendo y madurando, pero hay dos opciones una es seguir con ese proceso y que aporte la sensación de saturación, y otra que ahora que el sector tiene ese punto de madurez óptimo, seamos capaces de, aquello que antes no sabíamos hacer y ahora sí, acometerlo. Por ejemplo, nosotros estamos desarrollando un proyecto de agrivoltaica, que es simultanear en el mismo suelo, los cultivos y la generación fotovoltaica y para mí eso es un salto cualitativo enorme, no a nivel empresarial, que también, sino a nivel general. Si tenemos la habilidad de hacer que los dos aspectos convivan de forma simultánea, querrá decir que estamos comprometidos con ambas, con la generación de la energía limpia y con el sector de la agricultura, que como todos sabemos, podría ser uno de los principales problemas en los próximos años. En ese punto de avance se nos tiene que permitir enfocar con mucha más fortaleza hacia dónde dirigir los proyectos de cierto tamaño dando prioridad a aquellas áreas menos favorecidas.
- ¿Cómo ve el futuro? Stansol tiene un objetivo específico
Mañana cuando nos levantemos, seguiremos haciendo lo que estamos haciendo 'que es mucho' y seguiremos creciendo e incorporando líneas de negocio paralelas a la empresa. También queremos seguir con el desarrollo de proyectos singulares como la agrivoltaica. Además, tenemos que ser ambiciosos porque Alemania y Francia nos llevan ventaja y nos toca levantarnos y ponernos las pilas. Seguiremos funcionando como personas y cuidando los valores en nuestro entorno, en Vitoria-Gasteiz, es decir, tranquilos, pero dando guerra por todo el mundo.
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