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Leire Fernández
Martes, 14 de mayo 2024
La esperanza en el tratamiento contra el cáncer tiene nombre de protagonista de película de ciencia ficción. Violet 3.0 es una máquina algo más grande que una CPU, pero que promete identificar el tratamiento más adecuado para cada paciente con una eficacia mucho más fiable que las técnicas actuales.
¿Y cómo lo hace? «Ve cómo se están comportando las proteínas en el tumor, mira cómo interaccionan las proteínas o si ha sufrido alguna modificación. Vemos una capa entera de información que no se ve con otras técnicas y nos permite ver mucho mejor cómo va a responder el paciente a las terapias», detalla Fernando Aguirre, CEO de Hawk Biosystems (o Fastbase Solutions, su nombre inicial). Esta empresa ubicada en el CIC bioGune, fundada en 2016 por un grupo de científicos ingleses y que comenzó a operar en 2019, ha inventado una forma de hacer biopsias con un nivel de profundidad mayor que cualquier otra técnica de análisis que hay actualmente.
«Ahora cuando te analizan una biopsia miran la cantidad de proteínas que se están segregando. Si hay mucha proteína A o B o C, y según lo que ven te dicen si va bien o mal, pero no funciona al 100%», explica Aguirre. «La técnica QF-Pro va un poco más allá y ve cómo se están comportando las proteínas en el tumor, mira cómo interaccionan las proteínas o si ha sufrido una modificación. Vemos una capa entera de información que no se ve con otras técnicas y nos permite ver mucho mejor cómo va a responder el paciente a las terapias».
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En definitiva, ve cosas que las técnicas actuales no consiguen ver que es la dinámica de las proteínas en el tumor. Para ello no utilizan tecnología que no exista sino que han repensado el método. «El secreto no está en la tecnología sino en cómo analizamos las muestras». Y aquí es donde entra Violet 3.0, la máquina encargada de llevarlo a cabo. «Solo tenemos que meter la muestra y dar a un botón, hemos simplificado muchísimo las metodologías que se utilizan normalmente».
Para dar salida tanto a su método como a la máquina han visto dos vertientes. Por un lado vender la máquina para investigación, para lo que ya la están comercializando en 18 países. Y por otro lado, lo que puede convertirse en la clave para acertar de lleno en los tratamientos contra el cáncer, la aplicación en el mundo del diagnostico clínico en la inmuno-oncología, la gran promesa de la lucha contra el cáncer. «Parece que a lo largo de la vida todos desarrollamos algún cáncer, pero nuestros sistema inmunológico lo ataca y elimina esas células. Sin embargo, en algunos momentos el sistema inmune claudica y es cuando se desarrolla el tumor», especifica el CEO de Hawk Biosystems. «Lo que hace la inmuno-oncología es reactivar el sistema para que luche contra él. Los tumores tienen un mecanismo que las células blancas se quedan pegadas al tumor y ya no pueden luchar contra él. Los tratamientos lo que intentan es romper esa interacción entre el tumor y los linfocitos, que así pueden volver a atacarlo. Hay una proteína en la superficie del tumor que es la que actúa como pegamento y otra proteína en el linfocito y la inmuno ataca eso», detalla el CEO.
«Lo que se ha visto es que estas terapias funcionan muy bien en cánceres como la leucemia, pero no funcionan tan bien en otros sólidos como el de pulmón. Si añadimos que son terapias muy caras saber a quien le va a funcionar y a quien no es muy importante porque los sistemas de salud no se pueden permitir dárselo a todo el mundo. Por eso es clave saber a quién le va a funcionar, porque al que no hay que derivarle a quimio o a radio pero si sabemos que la inmunoterapia es la solución no damos quimio que es más agresiva. El problema es que actualmente no hay ninguna herramienta precisa para saber si va a funcionar o no. Se está haciendo de una manera pero no es segura al 100%», afirma.
Algo que Violet 3.0 sí consigue. «Nosotros podemos predecir de forma súper precisa quién va a responder y quien no a esto en tumores sólidos. Porque nosotros vemos cuándo hay diana y cuándo no entre los linfocitos y el tumor».
Tras demostrarlo en un estudio con 200 personas que llevaron a cabo el pasado año y que se publicó en la revista Journal Oncology ahora se encuentran en proceso para que la Agencia Europea del Medicamento «nos permita meterlo en los hospitales». Para ello tienen que hacer el estudio con 1.000 pacientes. «Estamos en ello, haciendo la validación con hospitales de aquí, pero también de Inglaterra, Holanda…».
Para poder seguir desarrollando su producto, es fundamental la financiación, para la que cuentan con BBVA como su «banco de cabecera», así como con Business Angels. Además, recientemente han logrado una subvención que sólo se da a 4 proyectos en España. Ello resulta clave para seguir progresando.
«Solo en este proyecto para inmuno-oncología tenemos destinados 8 millones de euros, por lo que aunque sabemos que también sirve para otro tipo de enfermedades esperamos que sean nuestros clientes de investigación los que se encarguen de investigar sus posibles usos, para neurodegenerativa, artritis, cosas autoinmunes, por ejemplo, para todo lo que precise una biopsia, sirve», concluye Aguirre.
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