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DIEGO SACRISTÁN
Martes, 12 de julio 2016, 23:54
Si la proyección del número de viajeros se mantiene como hasta ahora, el aeropuerto de Agoncillo superará la cifra total de pasajeros por cuarto año consecutivo.
En estos primeros seis meses del año 8.040 personas han utilizado esta instalación, lo que supone un 10, ... 7% más que en 2015. Especialmente bueno ha sido el mes de junio, que cerró su actividad con un aumento del 25,5% respecto al mismo mes del año anterior y con un total de 1.643 viajeros.
Estos datos responden al número de personas que se trasladaron a Madrid, o que llegaron desde este destino, durante lo que va de año, así como a los vuelos chárter que operaron en Semana Santa y en San Bernabé. Además el aeropuerto de Agoncillo también ofrecerá la posibilidad de volar a Palma de Mallorca a partir del 24 de julio, una línea que sustituye a la de la capital durante la temporada estival.
Estas cifras positivas hacen pensar que se superarán los 14.971 pasajeros que utilizaron el aeropuerto en el año 2015, y a su vez los 12.237 de 2014.
Otra cifra que también ha aumentado es la de operaciones de aterrizaje y despegue, un total de 125 en el mes de junio, que suponen un 12,6% más que en el mismo mes de 2015. En el acumulado desde enero las operaciones han alcanzado los 594 movimientos.
Aunque la cifra es mayor que el año pasado no se puede asegurar que el aumento de pasajeros sea debido únicamente a un número mayor de vuelos, ya que estos incluyen los de todo tipo de aeronaves: vuelos privados, avionetas... por lo que una suma de este crecimiento y una mayor tasa de ocupación de los vuelos ordinarios serían el origen de esta cifra.
De esta forma el aeródromo riojano se sitúa en número de pasajeros durante el mes de junio por encima de otros como el de Córdoba (678) o Burgos (640).
Como el aeropuerto de Logroño-Agoncillo no tiene tráfico de mercancías, junto con otros doce, el número de pasajeros y de operaciones con viajeros son las únicas variables que se pueden tener en cuenta para conocer la realidad y viabilidad de una infraestructura de transportes que ha sido deficitaria desde que llegó su primer avión comercial, un aparato de la compañía Air Nostrum procedente de Barcelona en septiembre de 2003.
A pesar del impulso que agentes económicos riojanos han dado para impulsar los vuelos de mercancías, la cercanía de otras instalaciones como los aeropuertos de Vitoria, Zaragoza o Pamplona que sí que son utilizados para este fin, ha imposibilitado este deseo.
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