Proyecto Hombre triplica en un año las atenciones a jóvenes por consumo de cannabis

García dio a conocer los datos correspondientes a la memoria de Proyecto Hombre en La Rioja, que atendió a 1.205 personas (un 1,8% más que el año anterior) y dio respuesta a 332 solicitudes de información y orientación (un 35% más que en 2014) durante el pasado ejercicio. El número de jóvenes atendidos a través de su Proyecto joven ha pasado de ocho a veinticuatro en solo un año.

David García recordó que estas atenciones se centran en chicos de entre 13 y 21 años, que sufren problemas derivados del consumo de cannabis, tales como brotes psicóticos o apatía, y en cuyo tratamiento es clave el respaldo familiar. El director de la entidad apuntó, asimismo, que el consumo de THC se produce de forma muy precoz a una edad media de 12,7 años y alertó sobre adicciones cada vez más frecuentes como las nuevas tecnologías o el juego online.

En total, durante 2015 Proyecto Hombre trabajó directamente con 300 usuarios (un 24% más que en 2014) en sus programas y asesoró a 411 familias (un 11% superior al año anterior). En concreto, 155 de esos usuarios se sometieron a tratamiento ambulatorio (se encuentran integrados en la sociedad y pueden hacer vida normalizada); 64 se integraron en la Comunidad Terapéutica de la entidad; 26 en el programa de reinserción social; otros 31 fueron atendidos en el centro penitenciario de Logroño y 24 usuarios formaron parte del Proyecto Joven.

El perfil del usuario

A tenor de los datos recopilados en la memoria de 2015, el perfil del usuario medio de Proyecto Hombre se corresponde con el de un hombre de entre 31 y 40 años con problemas de adicción a sustancias estimulantes, principalmente la cocaína y el speed (anfetaminas). De hecho, estas dos sustancias representan el 60% de las adicciones tratadas por el Proyecto, seguidas del alcohol (24%), el cannabis (17%) y los opiáceos (6%).

Los informes con los que trabaja la organización alertan del aumento de las personas atendidas por cannabis en los tres últimos años y del incremento en la edad media en la que los usuarios se someten a tratamiento, que es de 37 años en los hombres y 40 en las mujeres (que representan el 16% de las atenciones recibidas en La Rioja). Además, los usuarios consumen durante una media de diecinueve años antes de pedir ayuda.

La experiencia de la organización les lleva a concluir que la mujer que acude a Proyecto Hombre «es más dependiente económicamente y, aunque presenta algún rasgo de mayor vulnerabilidad, tiene un consumo más normalizado socialmente»; mientras que el hombre «mantiene una relación más dependiente del entorno familiar y presenta consumos y conductas más problemáticos».

Junto a David García compareció para hacer balance de 2015 uno de los patronos de la fundación que dirige Proyecto Hombre, Luis Lleyda, quien analizó el contexto económico del colectivo.

Por primera vez logró la entidad cerrar el año con superávit, algo que Lleyda atribuyó «al esfuerzo del personal en la contención del gasto y a las donaciones recibidas, que «no han sido solo religiosas». En total, Proyecto Hombre obtuvo el pasado año un beneficio de 26.185 euros, gestionando 280.000 euros de fondos propios (239.000 de donativos y 35.000 de Cáritas Diocesana), recibiendo algo más de 180.000 euros de instituciones públicas y 8.000 de empresas privadas.

Pese a la buena gestión realizada durante el pasado ejercicio, Proyecto Hombre arrastraba de años anteriores una deuda de algo más de 70.000 euros, por lo que en la actualidad cuenta con un excedente negativo de 44.000 euros, precisó Lleyda.