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v. ducros
Domingo, 22 de marzo 2015, 00:14
El Naturhouse afrontaba ayer una misión imposible. Remontar ocho goles para acceder a la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Tarea compleja. Sin embargo, el equipo riojano salió dispuesto a dar la sorpresa, a hacer olvidar la imagen del partido de ida, en el ... que los de Jota González pudieron hacer más y terminaron perdiendo por 23-31. No lo consiguió, pero las sensaciones fueron completamente distintas a las vistas apenas una semana antes.
El Naturhouse dijo adiós a Europa. No estará en el bombo de los cuartos de final, aunque ha logrado labrarse camino entre los mejores dieciséis conjuntos de la competición. Y ahora deberá centrarse en la Asobal, donde debe dar el resto para terminar como segundo clasificado, posición que le permitirá -por tercer año consecutivo- repetir experiencia en Champions.
Jota González había asegurado en la previa que el equipo viajaba a Hungría dispuesto a competir, a intentar ganar en una pista donde nadie lo ha hecho esta temporada. Y sorprendió, de inicio, jugando en ataque con siete jugadores -y sin portero-, como ya hiciera en la segunda parte del encuentro de ida de la Copa del Rey ante el Barcelona. Así, con Vigo como hombre comodín y Javi García y Ángel Romero como doble pivote, buscó una remontada que se antojaba, desde un primer minuto, complicada.
Sin embargo, gustó, y mucho, la propuesta riojana, pese a que no se puedo evitar que el Veszprém, desde el minuto 3, ya tuviera dos goles de renta (2-0). No obstante, el sobreesfuerzo de los franjivino obtuvo su recompensa con otro parcial de 0-2 que dejaba las cosas como al principio (2-2, m. 6).
El equipo de Logroño resistía los ataques de un Ilic dispuesto a liderar las acciones ofensivas de los locales -cinco goles en la primera parte-. Trabajaba duro para tratar de impedir que los húngaros abrieran una brecha importante en el electrónico. Y así se conseguía llegar a la mitad del primer tiempo con igualdad en el marcador (7-7).
Pero el Naturhouse, pese a sus intentos, tampoco lograba aprovechar la superioridad que tuvo por la exclusión de Terzic. Con cambio, además, en la portería, los de Logroño eran conscientes del riesgo que entrañaba jugar el ataque sin portero. El repliegue defensivo debía hacerse a velocidad de vértigo. Y a veces se consiguió. Los dos primeros intentos magiares no encontraron su sitio entre los tres palos. Y con 10-9 Antonio Carlos Ortega se veía obligado a pedir el primer tiempo muerto del encuentro.
Incluso, el Naturhouse tuvo su momento de gloria, cuando sin posibilidad de hacer el cambio portero-jugador, Vigo ocupó la portería y detuvo el lanzamiento de Sulic desde la línea de seis metros. Sin embargo, los dos siguientes sí que entraron -incluso el de Alilovic desde su propia portería- (15-12, m. 25). No se amilanó el bloque logroñés. Vigo y Stenmalm pusieron de nuevo a los franjivino uno abajo. El partido estaba abierto. Ninguno de los dos equipos estaba dispuesto a renunciar a nada. Y máxime cuando Pedro Rodríguez culminaba con un fly el pase de Vigo poniendo a los suyos tres abajo al descanso (18-15).
Jota González siguió apostando por el portero-jugador en ataque. Las ideas estaban bien asimiladas. Con Chema Rodríguez dirigiendo al Veszprém se cerraba la defensa; con Lékai, se abría. El técnico franjivino rotaba a sus jugadores, buscaba frescura, pero pensando también en el importante partido del martes en Benidorm.
Pedro Rodríguez asumía el peso en ataque. Se encontraba en estado de gracia. Transformaba un penalti, anotaba otro gol desde el extremo. Ángel Fernández se unía a los mejores momentos del Naturhouse que, incluso, se permitía el lujo de ponerse por delante en el marcador (23-24, m. 41).
Antonio Carlos Ortega paraba el choque. Daba instrucciones a los suyos. El juego riojano funcionaba y desquiciaba al todopoderoso Veszprém, que terminaba cayendo en una imagen de poca caballerosidad, cuando Schuch -metiendo el cuerpo- e Ilic se cruzaban en el camino de Vigo, imposibilitando que éste pudiera intercambiar su puesto con Gómez Lite, permitiendo a Terzic marcar a puerta vacía.
Y ahí terminaba el sueño riojano. Porque Mikler sustituía a Alilovic en portería (últimos 17 minutos), levantó un muro sobre su portería, deteniendo incluso una contra de Ángel Fernández o realizando una doble parada con 29-27. Aparte, Sulic e Ilic anotaron a puerta vacía, cuando Jota González aún apostaba por el portero-jugador en ataque. Pero con 31-27 (m. 50), el Naturhouse renunció a ello. El Veszprém no bajó su intensidad en su camino hacia los cuartos, mientras que el equipo riojano acusaba todo el sobreesfuerzo anterior. 37-31. Y un deseo. Volver a estar la próxima temporada en Champions.
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