daniel ortiz
Sábado, 7 de junio 2014, 01:50
Efectivos de la Guardia Civil en La Rioja detuvieron el pasado miércoles a un joven de 36 años, vecino de Estollo y natural de Burgos, cuando conducía un Audi a 192 kilómetros por hora a la altura del kilómetro 435 de la N-232, en ... el término municipal de San Asensio, donde el límite de velocidad está fijado en 100 km/h.
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El joven está acusado de un delito contra la seguridad vial y se enfrenta a una pena de prisión de tres a seis meses, a una multa de seis a doce meses, o a la realización de trabajos en beneficio de la comunidad durante uno o tres meses, además de la retirada del carné de conducir por un período de entre uno y cuatro años.
Por desgracia, el caso del joven detenido en San Asensio no es nuevo en las carreteras riojanas, ya que existen precedentes de otros conductores que superaron con creces los límites de velocidad establecidos. Sin ir más lejos, el instituto armado sorprendió en junio de 2010 a un vehículo de alta gama (BMW 530) circulando por la AP-68 (a la altura del km 103) nada menos que a 240 kilómetros por hora, justo el doble del máximo permitido para la vía. Se trata del triste récord de velocidad de los últimos años, pero aún hay más casos flagrantes.
Como el del conductor de un Ford Focus que transitaba en marzo de ese mismo año por la LR-254 (en el punto kilométrico 8,700, limitado a 50 km/h por tratarse de una travesía urbana) a la friolera de 145 kilómetros por hora, casi el triple de lo fijado por Tráfico para ese tipo de carretera.
No obstante, no son solo los conductores de turismos los que pisan el acelerador con excesiva alegría. En julio de 2011, el radar de la Guardia Civil cazó justo en el mismo lugar donde detuvieron el miércoles al joven de 26 años a un vehículo articulado -un trailer- que circulaba a 133 kilómetros por hora, 53 km/h por encima de la velocidad máxima permitida para ese tipo de vehículo y vía. Tras constatarse que su conductor había manipulado el tacógrafo, los agentes le impusieron una multa de 5.001 euros (4.601 euros por la manipulación del aparato y otros 400 por el exceso de velocidad) y la retirada de cuatro puntos de su carné de conducir.
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También hay conductores que encuentran inspiración más allá de Fernando Alonso o Antonio Albacete (tres veces campeón de Europa de camiones). Algunos emulan a Marc Márquez o Jorge Lorenzo y lo acaban pagando caro en la carretera, como el motorista que circulaba en septiembre de 2012 por la A-12 (a su paso por Nájera) a 174 kilómetros por hora, cuando el límite de velocidad era de 80 para ese tramo.
El Gobierno central aprobó a finales de 2007 que exceder en 60 kilómetros por hora la velocidad en vía urbana o en 80 en vía interurbana pueda ser castigado con penas de cárcel. Sin embargo, aún hay quien antepone el derroche de adrenalina a la posibilidad de acabar entre rejas o, peor aún, poner en riesgo la vida de quien circula respetando las normas de circulación.
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