Proyecto Hombre alerta de que está "al límite" y pide apoyo a las administraciones

En un contexto de crisis y problemas económicos y sociales, quizá las adicciones a las drogas han pasado a un segundo plano en el escenario social, si bien «siguen siendo un problema muy serio, una realidad que sigue vigente y que afecta a muchísimas personas y familias», reclamaba el delegado episcopal José Andrés Pérez, quien indicó que en un momento tan complicado, «la sociedad está respondiendo muy bien, cosa que no podemos decir de las administraciones, con la salvedad del Ayuntamiento de Logroño, que incluso ha aumentado su aportación». En el balance del año pasado, el perfil medio de usuario de Proyecto Hombre es ya el conocido: un varón de entre 31 y 40 años de edad y con problemas de adicción a estimulantes como cocaína o speed.

La difícil coyuntura social sí se puede asociar al leve incremento de los pacientes que presentan problemas con el alcohol, indicaba María José Barrio, directora del Centro de Día. Otro punto sobre el que llamar la atención es el de los usuarios que sufren una patología dual, es decir, que su trastorno adictivo a sustancias coexiste con un trastorno psíquico o psiquiátrico. Un 36% de los usuarios de la Comunidad Terapéutica presentaba este problema el año pasado, «y puede ir a más».

En cuanto a los diferentes programas, la punta de lanza que sería la Comunidad Terapéutica atendió el pasado año a 58 personas, con un porcentaje de éxito del 70%, entre los que finalizaron de forma completa el programa (53%) y los que cumplieron objetivos intermedios (15%). Cabe recordar que este programa incluye a usuarios que permanecen en la residencia de Proyecto Hombre por espacio de 8 a 12 meses y reciben un «tratamiento integral, que incluye la desintoxicación pero también la recuperación de los aspectos sociales, familiares, etc., ya que el trabajo no es recuperar una adicción sino a la persona», apuntó Barrio.

El volumen de atenciones en este programa se mantuvo estable, debido a la limitación de las propias plazas de la Comunidad. A su lado, el tratamiento ambulatorio, dirigido a las personas cuyas adicciones no les impiden llevar una vida más o menos normalizada, aumentó hasta las 119 personas, un 13%.

En el plano contable y administrativo, Proyecto Hombre cerró 2013 con un presupuesto de 421.000 euros y unas pérdidas de 1.111 euros. «No se puede hacer más con menos», destacó Pérez, quien agradeció la implicación de la sociedad, «aunque no podemos decir lo mismo de las instituciones».